El Gobierno decidirá en diciembre invertir en nuevas centrales térmicas o nucleares

El Ministerio de Industria remitirá en diciembre al Consejo de Ministros los estudios técnicos para decidir las inversiones en nuevas centrales térmicas de carbón o nucleares, según anunció ayer el secretario general de la Energía, Fernando Maravall. Por primera vez, "el coste económico de la decisión se conocerá aunque las opciones dependerán de que "políticamente sean factibles". Maravall anunció que el Gobierno no tiene intención de subir, "a corto plazo los precios de la gasolina y otros derivados del petróleo.

Fernando Maravall explicó ayer, al dar cuenta del informe remitido al Co...

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El Ministerio de Industria remitirá en diciembre al Consejo de Ministros los estudios técnicos para decidir las inversiones en nuevas centrales térmicas de carbón o nucleares, según anunció ayer el secretario general de la Energía, Fernando Maravall. Por primera vez, "el coste económico de la decisión se conocerá aunque las opciones dependerán de que "políticamente sean factibles". Maravall anunció que el Gobierno no tiene intención de subir, "a corto plazo los precios de la gasolina y otros derivados del petróleo.

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Fernando Maravall explicó ayer, al dar cuenta del informe remitido al Congreso de los Diputados sobre las actuaciones energéticas en 1986 y las perspectiva de futuro, que los precios de los derivados del petróleo no se retocarán siempre que el precio del crudo se mantenga en 18 dólares por barril. Pero, "si antes de fin de año se observa una tendencia firme de subida, se revisarán". O antes si los precios del crudo se disparan de repente.Como indicios, a raíz de los recientes acuerdos de la OPEP para reducir la producción, la factura petrolera española aumentará en lo que queda de año en 200.000 millones de pesetas y las acciones de las grandes compañías petroleras han comenzado a subir en las bolsas internacionales, lo cual hace suponer que el Gobierno, a partir de septiembre, pondrá sobre la mesa la revisión de los precios de los combustibles.

La revisión del Plan Energético Nacional (PEN), explicó Maravall, no se hará hasta el año próximo o incluso algo más tarde, porque la evolución de la demanda por debajo de las previsiones permite retrasar fechas. Se cuenta pues con un año o más para tomar las decisiones de inversión con los cinco años de antelación necesarios para que las nuevas centrales estén listas para entrar en funcionamiento en 1994, año en que empezará a existir un déficit energético. O más tarde, porque las previsiones están hechas con un crecimiento de la demanda de energía eléctrica del 3,3% hasta 1995 y del 3% de entonces al siglo XXI.

Si el crecimiento fuera del 2,5%, lo cual no es descartable, el plazo se alargaría cuatro años más. Para empezar, este año el consumo está creciendo un punto por debajo de lo previsto, aunque las compañías no lo sufrirán en sus resultados por el tirón del consumo doméstico, cuyas tarifas han aumentado más que las industriales.

Es más, según manifestó el director general de la Energía, Víctor Pérez-Pita, el parque actual de generación eléctrica está infrautilizado en un 30%, lo que hace que las tarifas sean un 167 más caras de lo que debieran. Esta demora en las inversiones permitirá a las eléctricas un respiro para descargarse de una deuda que suma 3,6 billones de pesetas.

Energía hasta el 2000

El nuevo PEN extenderá su ámbito hasta el año 2.000. La docena de variables que serán presentadas al Gobierno -y después al Parlamento- van desde una opción netamente pronuclear, aunque sin incluir Lemóniz, a una en la que las térmicas de carbón asumirían todo el protagonismo.

La decisión -insistió Maravall- será política, aunque esta vez se sabrá el coste de cada opción concreta. A favor de que los dos grupos nucleares de Valdecaballeros puedan obtener el visto bueno, juega el hecho de que la mayor parte de la inversión ya está realizada y que otro despilfarro como Limóniz sería excesivo para el sector o el Estado.

En contra, la presión social y que la Organización Internacional de la Energía Atómica decida imponer mayores medidas de seguridad como consecuencia del accidente de Chernobil, lo cual se traduciría en un kilovatio más caro. De momento, la moratoria nuclear será prorrogada el próximo año.

Las centrales de carbón tienen aseguradas 1.200 megavatios de nueva construcción, o tres nuevas plantas. La ampliación de las inversiones en este campo está condicionada a las decisiones de la CE sobre contaminación, pues los filtros y sistemas de desulfuración representan un sobrecoste de entre el 10% y el 20%.

La política del sector se complementará con una ley de Bases del Sector Eléctrico, que unificará la configuración legal difusa en que se mueven las eléctricas. El borrador de esta ley estará ultimado en octubre y se espera su aprobación en 1988. Con anterioridad a esta ley, pero acorde a su filosofía, en noviembre de este año se aprobará un decreto sobre modificación de tarifas y compensaciones al sector.

El resto de las actuaciones se resume en la incentivación del ahorro energético (entre un 12% y un 13%), el aumento del papel del carbón y del gas, así como la tendencia a la baja en la utilización de productos petrolíferos. La configuración final del sector está pendiente del contencioso con la CE sobre la adaptación del monopolio del petróleo. La Comisión Europea enviará "en una o dos semanas" una mise en demeure, para avisar que el tema será remitido al Tribunal de Justicia de la CE. Si no hay acuerdo, remitirá en septiembre un avis motivé con los razonamientos en que se basa el litigio.

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