Siria, dispuesta a liberar a Glass "a cualquier precio"

Siria está dispuesta a obtener "a cualquier precio" la liberación del periodista norteamericano Charles Glass y de Alí Oseiran, hijo del ministro de Defensa libanés, declaró ayer el general Ghazi Kanaan, jefe de los 10.000 soldados de Damasco desplegados en Beirut oeste.Ambos hombres y su chófer fueron secuestrados el pasado miércoles, cuando circulaban juntos por un área shií de Beirut. El, presidente sirio, Hafez el, Aisad, añadió Kanaan, está "personalmente" interesado en una "inmediata solución" del caso, que, segun el diario beirutí L'Orient-Le Jour, supone "una bofetada a su hegem...

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Siria está dispuesta a obtener "a cualquier precio" la liberación del periodista norteamericano Charles Glass y de Alí Oseiran, hijo del ministro de Defensa libanés, declaró ayer el general Ghazi Kanaan, jefe de los 10.000 soldados de Damasco desplegados en Beirut oeste.Ambos hombres y su chófer fueron secuestrados el pasado miércoles, cuando circulaban juntos por un área shií de Beirut. El, presidente sirio, Hafez el, Aisad, añadió Kanaan, está "personalmente" interesado en una "inmediata solución" del caso, que, segun el diario beirutí L'Orient-Le Jour, supone "una bofetada a su hegemonía en la escena libanesa". El general sirio Kanaan se lo dijo así a Mohamed Husein Fadlalá, líder espiritual del Hezbolá (Partido de Dios). Se supone que el periodista Glass y su anfitrión libanés Oseiran han sido secuestrados por un grupo shií perteneciente a ese movimiento integrista proiraní.

La liberación de Oseiran no parece presentar graves dificultades. El hijo del ministro pertenece a la comunidad shií y su padre es un hombre en buenas relaciones con Damasco. Más problemática es la de su huésped norteamericano, aunque, dada la firme actitud siria, es probable que Charles Glass no sufra la suerte de sus compatriotas que permanecen meses y hasta años secuestrados en Líbano.

Otro factor que permite suponer una pronta liberación del reportero norteamericano es la decisión de Bonn de no conceder la extradición a Estados Unidos de Mohamed Alí Hamadei, un libanés detenido en Francfort y acusado de participar en el secuestro en Beirut de un Boeing de la TWA. Glass cubrió la información de ese secuestro y, al parecer, sus captores habían vinculado su suerte a la no extradición de Hamadei.

Glass y Oseiran, como la mayoría de los rehenes extranjeros en Líbano, están en los suburbios meridionales de Beirut, un territorio shíí donde las tropas sirias no han osado entrar desde su llegada al lado musulmán de la ciudad el pasado febrero. Un oficial sirio declaró ayer a una agencia de noticias norteamericana que los suburbios son "un bastión iraní" y que hay unos 200 agentes de los servicios de información de Teherán.

Los suburbios meridionales son escenario en los últimos días de una feroz batalla entre grupos shiíes rivales, que no guarda relación con el caso Glass y que ha provocado ya más de 20 muertos y heridos. El secuestro del periodista norteamericano y del hijo del ministro libanés, el primero desde la entrada de tropas sirias en Beirut oeste, ha paralizado los esfuerzos de Damasco para aliar a todos los grupos musulmanes e izquierdistas libaneses, en un llamado frente de la unidad y la liberación. Éste es el principal objetivo sirio desde el asesinato, hace tres semanas, del primer ministro libanés Rachid Karame.

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