La Alianza Atlántica aprueba la "opción supercero"

IGNACIO CEMBREROENVIADO ESPECIAL Los países Miembros de la OTAN, en un clima de eufria generalizada, dieron ayer en Reikiavik (Islandia) su visto bueno a la conclusión por EEUU y la URSS de un acuerdo histórico sobre la eliminación de Europa de todos los misIles nucleares de alcance intermedio, largo y corto; es decir, la opción supercero. "La decisión pasará a los de historia, comentó visiblemente el jefe de la diplomacia Léo Tindemans, al término de la reunión del Consejo del Atlántico Norte, en la que participaron los ministros de Asuntos exteriores de los 16 países miembros de la OTAN.
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IGNACIO CEMBREROENVIADO ESPECIAL Los países Miembros de la OTAN, en un clima de eufria generalizada, dieron ayer en Reikiavik (Islandia) su visto bueno a la conclusión por EEUU y la URSS de un acuerdo histórico sobre la eliminación de Europa de todos los misIles nucleares de alcance intermedio, largo y corto; es decir, la opción supercero. "La decisión pasará a los de historia, comentó visiblemente el jefe de la diplomacia Léo Tindemans, al término de la reunión del Consejo del Atlántico Norte, en la que participaron los ministros de Asuntos exteriores de los 16 países miembros de la OTAN.

La satisfacción de Tindemans fue, por ejemplo, compartida por el secretario general de la OTAN, lord Carrington, que no dudó en describir el encuentro en Reikiavik como un "gran éxito que nos permite entrever la retirada de Europa, e incluso de todo el mundo, de ambos tipos de armas".El secretario de Estado norteamericano, George Shultz, fue incluso más categórico al sostener que la OTAN es "la más satisfactoria alianza que el mundo haya jamás conocido", y su homólogo español, Francisco Fernández Ordóñez, afirmó, por su parte, que "no hay precedentes históricos de una iniciativa de esta envergadura". "España", prosiguió, "fue el primer país que se declaró favorable a la opción supercero, y con tanta mayor razón nos felicitamos de su adopción".

En el comunicado final dado a conocer al término de los dos días de reunión del Consejo Atlántico, los ministros de Asuntos Exteriores proclaman su "apoyo a la eliminación global y verificable de todos los misiles terrestres de corto alcance [de 500 y 1.000 kilómetros] en el marco de un acuerdo sobre las fuerzas nucleares de alcance intermedio largo" (LRINF, de 1.000 a 5.000 kilómetros).

En un anterior encuentro de titulares de Defensa celebrado en mayo en Stavanger (Noruega) en el marco del Grupo de Planes Nucleares (GPN), los 14 países de la OTAN que participaron confirmaron su aceptación del desmantelamiento de todos los misiles de alcance intermedio largo. La Administración norteamericana y sus interlocutores soviéticos han apalabrado ya en Ginebra un borrador de acuerdo sobre estos cohetes que podría quedar ultimado después del verano.

Tras dos meses de cavilaciones, la OTAN ha aceptado, por fin, la llamada opción supercero, propuesta por el líder soviético, Mijail Gorbachov, que dará paso al primer acuerdo sobre reducción de armamento nuclear entre las superpotencias, que hasta ahora sólo habían logrado ponerse de acuerdo para fijar techos al crecimiento de sus fuerzas nucleares.

Retirada desigual

Cuando entre en vigor el acuerdo, EE UU tendrá que retirar de Europa 316 misiles de crucero y Pershing 2, y la URS S se verá obligada a hacer otro tanto con unas 1.000 cabezas nucleares colocadas en los cohetes SS-20 y SS-4. Éstos son los misiles LRINF. La Unión Soviética deberá además desmantelar 130 SS-12, SS-22 y SS-23 (con un alcance de 500 a 1.000 kilómetros). Por este motivo, Fernández Ordófiez opinó que el acuer do será "ventajoso para la Alianza".

La Alianza Atlántica insistió una vez más en incluir "las 100 cabezas nucleares de SS-20 que la Unión Soviética pretende conservar en su parte asiática", pero Carrington matizó que esta petición no era una condición no negociable. "Sería, sin embargo, preferible", "para facilitar ante todo la verificación del acuerdo", añadió.