Crítica:FLAMENCO

Y Fosforito dio su lección

ENVIADO ESPECIALBuen festival este organizado por los colegas del diario Sur malagueño. Un poco largo -se rebasaron las seis horas de espectáculo-, pero todo lo que vimos y oímos tuvo un nivel de dignidad apreciable.

Con algunos hitos sobresalientes, desde luego.

El primero de todos, Fosforito, cuyo cante sacudió a la concurrencia -quiza 10.000 personas- con su emoción y jondura. Fosforito sigue siendo un maestro cabal en casi todo lo que hace.

Y en algunos géneros puede llevarnos con su agonía expresiva a límites casi intolerables. El taranto, siempre el tar...

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ENVIADO ESPECIALBuen festival este organizado por los colegas del diario Sur malagueño. Un poco largo -se rebasaron las seis horas de espectáculo-, pero todo lo que vimos y oímos tuvo un nivel de dignidad apreciable.

Con algunos hitos sobresalientes, desde luego.

El primero de todos, Fosforito, cuyo cante sacudió a la concurrencia -quiza 10.000 personas- con su emoción y jondura. Fosforito sigue siendo un maestro cabal en casi todo lo que hace.

Y en algunos géneros puede llevarnos con su agonía expresiva a límites casi intolerables. El taranto, siempre el taranto, cerrando un recital intenso y arrebatador, en el que también oímos soleares, alegrías, tientos-tangos y cantes del malagueño Juan Breva.

Festival 50º aniversario 'Diario Sur'

Cante: Romerito de Jerez, Chano Lobato, Pansequito, Fosforito, Cabrero, Calixto Sánchez, Rafael Fernández, Naranjito de Triana, Antonio de Canillas Luis de Córdoba.Toque: José Luis Postigo, Manolo Franco, Enrique de Melchor, Manuel Domínguez. Baile: Matilde Coral, Rafael El Negro. Plaza de toros de La Malagueta. Málaga, 6 de junio.

Romerito fue el único representante genuino del cante de Jerez, y lo hizo de manera espléndida, con brillantez y pasión formidables, culminando su actuación con unas fulgurantes bulerías.

También por bulerías brilló, en el baile, Rafael El Negro, como suele ocurrir siempre en él; Matilde Coral, en cambio, se mantuvo sólo a un nivel de discreción, limitándose a cubrir el expediente.

De Cádiz tuvimos la representación de Chano y Pansequito. Mientras el primero no encontró la vena de emoción doliente a que nos tiene acostumbrados, Pansequito hizo de manera personalísima esas largas series suyas con coplas sentenciosas y melodramáticas.

Los cantaores de gran registro tuvieron actuaciones destacadas. Calixto, cerebral, desarrollando los cantes con eficacia y ortodoxia. Igual que Naranjito, quien siempre responde con solvencia. Lo más melodioso, lo más dulce y entrañable, corrió a cargo de Luis de Córdoba.

Rafael Fernández es un joven cantaor muy interesante. Sobrado de facultades, que tendrá que administrar mejor si quiere que su cante no se quede en el puro grito, tiene, sin embargo, emoción y su queja lastirna.

El Cabrero hizo su cante menor habitual, con el habitual griterío de un sector de los espectadores. Antonio de Canillas acreditó una vez más ser buen conocedor de los estilos de Málaga y Levante.

Cuatro excelentes guitarras en leal competencia, con Franco y el de Melchor, magistrales.

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