Carles Mira recrea la confrontación de cristianos y musulmanes en España

La película "Daniya" se rueda en Marruecos, con Laura del Sol como pricipal intérprete

El tema elegido es el Far West español, según el productor de la película Daniya. El paralelo de las aventuras de indios y vaqueros la ha encontrado Carles Mira en el choque de las dos culturas, la cristiana y la musulmana, que durante ocho siglos convivieron en suelo hispano. "Llevo años con la idea de tocar este tema", dice Mira, "porque quiero recuperar ese pasado islámico nuestro que se nos ha ocultado". Laura del Sol es una esclava musulmana, y un joven actor catalán, Ramón Madaula, es el cristiano que la corteja. En busca del pasado perdido, el equipo ha tenido que rodar gran parte de la...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El tema elegido es el Far West español, según el productor de la película Daniya. El paralelo de las aventuras de indios y vaqueros la ha encontrado Carles Mira en el choque de las dos culturas, la cristiana y la musulmana, que durante ocho siglos convivieron en suelo hispano. "Llevo años con la idea de tocar este tema", dice Mira, "porque quiero recuperar ese pasado islámico nuestro que se nos ha ocultado". Laura del Sol es una esclava musulmana, y un joven actor catalán, Ramón Madaula, es el cristiano que la corteja. En busca del pasado perdido, el equipo ha tenido que rodar gran parte de la película en Marruecos.

Sólo en una ciudad marroquí como Marraquech puede un cineasta hacer una réplica de lo que en el siglo XI era el reino musulmán de Denia. Un palacio de la ciudad, el zoco y cerca de 1.000 figurantes han sido suficientes. La selección de los mismos fue la causa de los primeros problemas del equipo en el país vecino. Un par de policías dispersaron el primer día a la ingente cantidad de candidatos que se acumulaban a las puertas del hotel. Después hubo que desechar a muchos de ellos por el aspecto, porque según los del equipo era imposible hacerles pasar por cortesanos del emir de Denia.Uno de los actores es marroquí y se niega a hablar en otro idioma que no sea el árabe. Los del equipo le filman sin saber si está terminando o empezando su parlamento. Y algunos aseguran que para el mismo discurso tarda tiempos diferentes. La colaboración de la televisión marroquí exigía la no aparición en la película de ninguna sombra judía, pero rodar aquí tiene ventajas. Un extra marroquí es más barato que uno español. Aquél cobra 120 dirhams diarios (1.800 pesetas) y éste 4.000 pesetas. Aunque hay un par de altos y negros senegaleses que cobran más. Son estudiantes y saben que son raros ejemplares muy codiciados por los cineastas. Marruecos, en fin, es un buen lugar para rodar películas. Muchos de los figurantes que ahora trabajan para Carles Mira han estado antes en filmes norteamericanos o franceses.

La producción de Daniya es, como los senegaleses, una rareza en el panorama español, ya que ha conseguido la colaboración de la televisión marroquí, de dos canales franceses (FR3 y SEPT) y de TV-3, que se reserva los derechos de antena y de venta. El Ministerio de Cultura y la Generalitat de Cataluña subvencionan la película, cuyo presupuesto es de 170 millones de pesetas. "No queremos que ésta sea una película que se considere catalana", dice el productor Carles Jover Ricart. "La productora está en Barcelona, pero es una película totalmente española. Hay un prejuicio de catalanidad del que queremos huir".

Una vez rodada, la película será doblada en francés, español y catalán. En el siglo XI, cuando transcurre la acción del filme, no existía ni España ni Cataluña. El condado de Barcelona y el reino de Denia son las dos entidades políticas que aparecen en la película.

"En 1058 el condado de Barcelona firmó con Denia un tratato por el cual los súbditos cristianos del rey de Denia quedaban bajo la jurisdicción del conde de Barcelona, y viceversa" explica el director de la película, Carles Mira. "Ese momento histórico me pareció perfecto para abordar este tema. Aquélla fue una época muy interesante, porque había desaparecido el califato de Córdoba y la cultura se había desplazado a la periferia". Carles Mira, valenciano, no ha conseguido para su proyecto el apoyo de sus paisanos. "Ni la Generalitat ni la televisión non nata, pero que ya funciona, han tenido sensibilidad para con este proyecto", se queja Mira. "Creo que esa gente no ama el cine y está demasiado preocupada en mantenerse en su puesto".

Mundo fascinante

Algunos de los actores están vivamente interesados en bucear en la historia que recrean. "Es un mundo fascinante. Mi personaje es el símbolo de la cultura cristiana, que de pronto descubre el mundo musulmán", dice Ramón Madaula, mientras que Paco Casares, el emir de Denia, desbroza apasionado episodios de la época. Algunos personajes son históricos. Incluso el nombre de Bernard (Ramón Madaula) aparece en las crónicas, aunque nadie sabe a ciencia cierta quién fue. El reencuentro con la cultura musulmana ha sido doble. Los marroquíes viven los últimos días del Ramadán; no pueden beber, comer ni fumar entre las cuatro de la madrugada y las siete de la tarde, lo cual les distancia aún más de otras culturas.Los primeros días no hubo entendimiento entre "moros y cristianos". Laura del Sol, que ejerce de estrella impertinente con los periodistas de la prensa del corazón, nunca había estado aquí y se queja de que Marraquech es como un gran rastro "en horas punta donde te agarran y terminas pidiendo socorro para poder salir". Y añade con desdén: "Digamos que no es mi lugar ideal".

Madaula, en cambio, se entusiasma hablando de la riqueza de la cultura musulmana y dice estar muy nervioso. Procede del teatro -ha trabajado con Flotats- y ésta es sólo su segunda película. "El cine requiere mucha concentración porque no hay continuidad en las interpretaciones y tienes que hablar, por ejemplo, mirando a un esparadrapo en vez de a una persona. Son problemas de la inexperiencia".

"A los actores los he escogido por la imagen", dice Carles Mira. "Porque yo creo que el cine es imagen. Si, además, los actores saben actuar, maravilloso; pero nunca lo haría al revés". El director y guionista de este proyecto pretende que el resultado final sea una película vistosa y entretenida. "Creo en el cine como espectáculo; que es una fiesta más próxima a la barraca de feria que al cine-club".

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Sobre la firma

Archivado En