El Ministerio de Hacienda enviará a los jueces 131 nuevos expedientes por presunto delito fiscal

"La palabra contra el delito fiscal la tienen ahora los jueces", afirmó ayer el secretario de Estado de Hacienda, José Borrell. La inspección fiscal ha remitido a los juzgados 75 expedientes que inculpan a 28 personas. Otros 131 contribuyentes están afectados por expedientes de delito fiscal que se están ultimando. El fraude fiscal continúa siendo el principal problema a combatir, ya que hay más de un millón de españoles que eluden la obligación de declarar sus ingresos. Hacienda reformará el IRPF para aumentar el control sobre las rentas empresariales y para modificar los tipos del impuesto....

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"La palabra contra el delito fiscal la tienen ahora los jueces", afirmó ayer el secretario de Estado de Hacienda, José Borrell. La inspección fiscal ha remitido a los juzgados 75 expedientes que inculpan a 28 personas. Otros 131 contribuyentes están afectados por expedientes de delito fiscal que se están ultimando. El fraude fiscal continúa siendo el principal problema a combatir, ya que hay más de un millón de españoles que eluden la obligación de declarar sus ingresos. Hacienda reformará el IRPF para aumentar el control sobre las rentas empresariales y para modificar los tipos del impuesto.

El seminario Renta 87, inaugurado ayer en Sitges (Barcelona), comenzó con la denuncia del grave, problema de fraude y delito fiscal al que debe hacer frente Hacienda. El secretario de Estado, José Borrell, afirmó que mientras no haya condenas penales ejemplificadoras sera muy difícil erradicar el fraude fiscal".La inspección fiscal, dijo, ha seguido en los últimos dos años una estrategia selectiva, fundamentada en expedientes, la mayoría contra empresas y empresarios, que son minuciosamente elaborados. En los 75 expedientes remitidos a los juzgados, que contienen denuncias contra 28 contribuyentes, y en el centenar largo de inculpados que próximamente pueden engrosar esta cifra, "la evidencia de delito es manifiesta", aseguró José Borrell porque "queremos ponerles las cosas fáciles a los jueces". "Aquí acaba nuestro papel y ahora la palabra la tienen ellos", para lograr una voluntad positiva y mayoritaria en la sociedad de cumplimiento de las obligaciones fiscales.

El problema del fraude desborda aquellos casos donde la infracción con posibles consecuenciás penales ha sido detectada. Hacienda no tiene datos concretos, pero calcula que el número de españoles que todavía no declara la renta se sitúa entre un millón y un millón y medio de contribuyentes.

La inspección fiscal es también un indicio del montante de las rentas que se escapan. En 1986 fueron investigados 150.000 contribuyentes. En 130.000 casos se levantó acta de inspección por un fraude global que superó los 100.000 millones de pesetas. En 1985, 8.554 españoles que no presentaron declaración compraron coches de importación. Otros 499 adquirieron automóviles de más de tres millones de pesetas y declararon ingresos anuales inferiores a un millón. El 91% de los implicados son empresarios y profesionales que, como media, "ocultan un 50% de los ingresos y defraudan el 68% de la cuota a pagar".

"Mal que le pese al señor Cuevas", acusó Borrell, "el fraude se concentra de manera especial en empresarios y profesionales. Esto no es un juicio de valor, sino una realidad estadística". Para Borrell "no se puede hablar de acoso, de persecución fiscal, como si se tratara de un tiro al pichón contra el contribuyente".

Entre los proyectos de Hacienda, que cuenta ahora con mucha información para actuar pero con una escasez creciente de inspectores, figura la modificación del IRPF, cambiando los reglamentos sobre la estimación de las rentas empresariales para establecer más control sobre un colectivo que declara ingresos medios inferiores a la mitad de lo que confiesan ganar los asalariados.

Más progresivo

El ministerio estudia una reforma de los tipos del impuesto, a introducir en la próxima ley de presupuestos. Los proyectos iniciales van dirigidos a reducir algunas de las escalas intermedias y a agrandar la frontera donde ahora se rompe la progresividad. Como los tipos van creciendo a medida que aumenta las rentas, se produce "una joroba en la curva del impuesto que acaba en un terraplén". A partir de los 12 millones el tope convierte en proporcional un gravamen que hasta ahí es progresivo.

Fuentes del Ministerio de Hacienda manifestaron que el objetivo es "corregir dos goles que la derecha coló a los socialistas en la reforma fiscal de 1977". Los tipos marginales y la progresividad ocultaron entonces "dos trampas: la facilidad legal que tienen los empresarios para disimular sus rentas y también para eludir buena parte de la presión fiscal que les corresponde, y ese beneficio concedido a los más ricos".

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