"Estamos horrorizados"

Estarnos horrorizados, por Dios"'. Con estas pallabras resua EL PAÍS Angelines Cuevas Ruiz, 39 años, las circunstancias en que sufrió fractura de tibia y peroné al ser arrollada el sábado en una ealle de Reinosa, por unos, trabajadores que huían de la Guardia CiviI. Angelines Cuevas se encuentra ingresada en el hospital Matqués de Valdevillas, en Santander.Es una mujer de frente ancha y ademanes pero evidedentemente, muy asustada por cuanto ocurre en Reinosa Angelines Cuevas es una de las tre personas que resultaron con heridas gravews durante los enfrentamientos entre vecinos de Reinosa y fue...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Estarnos horrorizados, por Dios"'. Con estas pallabras resua EL PAÍS Angelines Cuevas Ruiz, 39 años, las circunstancias en que sufrió fractura de tibia y peroné al ser arrollada el sábado en una ealle de Reinosa, por unos, trabajadores que huían de la Guardia CiviI. Angelines Cuevas se encuentra ingresada en el hospital Matqués de Valdevillas, en Santander.Es una mujer de frente ancha y ademanes pero evidedentemente, muy asustada por cuanto ocurre en Reinosa Angelines Cuevas es una de las tre personas que resultaron con heridas gravews durante los enfrentamientos entre vecinos de Reinosa y fuerzas de la Guardia el pasado sábado. Las otras dos personas también se encuentran infresadas en Valdecilla con idénticas fracturas.

"Otra vez follón

Casada con un soldador de Forjas y Aceros, Manuel González Muñoz, asegura que "es horrible la situación en que vivinios". "Mi marido había vuelto de la concentración y estábamos paseando lejos de la estación, con los tres niños de la niano", afirmó Angelines, "cuando alguien nos avisó de que por la vía había otra vez follón. Así que decidimos llevar a los pequeños a casa de mi suegra, en el pueblo de Nestares. Y al regreso, Manolo y yo optamos por reanudar el paseo por Reinosa, siempre lejos de la estación. Y, de repente, a la altura del ambulatorio, los obreros, creo que eran cientos de trabajadores, que huían de la Guardia Civil y ocupaban el ancho de la calle, nos arrastraron, y caí derribada al suelo; en una silla hubieron de subirme al ambulatorio, y cuando el médico de guardia me dijo que tenía la pierna rota, no me sorprendió".

Al filo de las tres de la madrugada de ayer, el tranvía procedente de Valladolid, que tiene su llegada a las 20.25 de la noche, dejó en la estación de Santander a unos 300 viajeros del electrotrén procedente de Barcelona y el talgo que venía de Madrid. La Renfe hizo que los tres convoyes coincidieran a medianoche en Pozazal para que los viajeros se pasaran al tranvía y así descender, en un solo tren, hacia Santander y poner fin a una interrupción del tráfico que había durado entre seis y siete horas.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En