CRISIS EN EL ANTISANDINISMO

Cruz asegura que abandona la 'contra' porque ésta es instrumento de una minoría

Arturo Cruz, el dirigente de mayor prestigio y credibilidad dentro del movimiento de la contra nicaragüense, anunció ayer en una carta abierta su renuncia definitiva del directorio antisandinista, al mismo tiempo que lanzó graves acusaciones a otro de los grupos de la contra y al Gobierno estadounidense. La carta de Cruz, que fue publicada simultáneamente por un periódico de Miami y otro de San José (Costa Rica), señala que la Unidad Nicaragüense Opositora (UNO) "no es una estructura pluralista, sino un instrumento de una minoría excluyente".

Sin mencionarlo expresamente, fuentes cercan...

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Arturo Cruz, el dirigente de mayor prestigio y credibilidad dentro del movimiento de la contra nicaragüense, anunció ayer en una carta abierta su renuncia definitiva del directorio antisandinista, al mismo tiempo que lanzó graves acusaciones a otro de los grupos de la contra y al Gobierno estadounidense. La carta de Cruz, que fue publicada simultáneamente por un periódico de Miami y otro de San José (Costa Rica), señala que la Unidad Nicaragüense Opositora (UNO) "no es una estructura pluralista, sino un instrumento de una minoría excluyente".

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Sin mencionarlo expresamente, fuentes cercanas a Cruz dijeron ayer . que la referencia apunta a la Fuerza Democrática Nicaragüense (FDN), el principal grupo armado de la contra, y cuyos líderes son Adolfo Calero y Enrique Bermúdez. La FDN está compuesta básicamente por ex guardias somocistas.Ante el apoyo que la FDN recibe de la Administración de Ronald Reagan -dejando al margen a casi todos los restantes grupos de la contra-, Cruz se lamenta en su carta que "ciertas facciones" dentro del Gobierno estadounidense "nunca actuaron decididamente para evitar su apoyo a la corriente hegemonista dentro de la UNO".

"He intentado", detalla Cruz, "seguir el curso que podría asegurar la credibilidad de la UNO como alternativa democrática a la dictadura militar del Frente Sandinista. No obstante, las fuerzas excluyentes se interpusieron al pluralismo con igual persistencia".

El 19 de febrero, Cruz amenazó con abandonar definitivamente la UNO. Aplazó, sin embargo, su renuncia ante las maniobras de última hora provenientes de Washington y mediante las cuales se consiguió la salida del directorio de la UNO de Adolfo Calero y una supuesta reestructuración de la alianza opositora al Gobierno de Managua.

Los conocedores de las disputas internas de la contra estaban pesimistas. Sabían que las reformas propuestas por Cruz nunca serían aceptadas por los duros de la contra: la gente de la FDN. Entre estas reformas se incluía la ampliación del directorio de la contra a través de un proceso electoral interno.

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"Los dirigentes", dice Cruz, "deben aceptar a un ejército rebelde bajo la autoridad única del directorio de la UNO. Esto es indispensable", agrega, "para que las fuerzas rebeldes sean percibidas como un movimiento de liberación y no como una legión de conquistadores".

Consultados ayer en Honduras algunos miembros del exilio nicaragüense, que a pesar de ser opositores de los sandinistas no avalan en su totalidad las acciones de la FDN, dijeron que con la salida de Cruz "se produce un golpe mortal para la resistencia nicaragüense".

Pedro Joaquín Chamorro, el nuevo miembro de la UNO, quien sustituyó a Adolfo Calero, dijo a EL PAÍS desde su domicilio en Costa Rica que él no veía "ningún tipo de corrientes excluyentes dentro de la UNO".

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