Indonesia, una exclusión reiterada

J. A., Juan Pablo II, que durante la gira iniciada ayer sobrevolará Indonesia, aún no ha visitado este país, que cuenta con cuatro millones y medio de católicos, a pesar de que es la segunda vez que se aproxima a sus costas. Los indonesios subrayan que Pablo VI les visitó en 1980 en su viaje a Oceanía.

Evidentemente, no se trata de que a Juan Pablo II no le guste ir hasta Yakarta, la capital indonesia. En numerosas ocasiones ha repetido que está dispuesto a ir "a cualquier parte de la tierra" cuando le inviten y a dialogar "hasta con el diablo".

¿Por qué no se concreta entonces u...

J. A., Juan Pablo II, que durante la gira iniciada ayer sobrevolará Indonesia, aún no ha visitado este país, que cuenta con cuatro millones y medio de católicos, a pesar de que es la segunda vez que se aproxima a sus costas. Los indonesios subrayan que Pablo VI les visitó en 1980 en su viaje a Oceanía.

Evidentemente, no se trata de que a Juan Pablo II no le guste ir hasta Yakarta, la capital indonesia. En numerosas ocasiones ha repetido que está dispuesto a ir "a cualquier parte de la tierra" cuando le inviten y a dialogar "hasta con el diablo".

¿Por qué no se concreta entonces un viaje a este país cuando el Papa ha estado ya en la India -país que también visitó Pablo VI-, y, en Tailandia, vecina de Indonesia?

Según la agencia Adista, de Roma, existe una cierta fricción entre la joven Conferencia Episcopal de Indonesia, que no se configuró hasta 1973, y el Vaticano. La manzana de la discordia es el deseo de los obispos indonesios de poder ordenar sacerdotes a católicos ya casados y sobre todo el problema de los anticonceptivos.

Ya desde la promulgación de la encíclica del papa Montini Humanae Vitae, en 1968, los obispos de Indonesla se habían opuesto siempre a aceptar plenamente la rígida doctrina de Roma en el campo del control de natalidad. Y en varias declaraciones han apoyado el derecho de los padres "a limitar el número de hijos", como también han defendido la supremacía de la conciencia en la decisión de la pareja a propósito de la regulación de los nacimientos".

Últimamente, presionada por el Vaticano, la Conferencia Episcopal indonesla ha condenado el aborto "como medio natural de control de nacimientos", pero lo que a Roma le disgusta es que los obispos no den marcha atrás en sus postura contra la Humanae Vitae.

Hasta que estas cosas no se aclaren, ni Indonesla tendrá un cardenal, ni Juan Pablo II podrá visitar a aquellos católicos.