Marruecos critica la política mediterránea de la CE

El Consejo de Ministros de la Comunidad Europea (CE) aprobó ayer formalmente en Luxemburgo la política mediterránea y las medidas de acompañamiento que favorezcan las exportaciones agrícolas de Canarias y la Península, coincidiendo con las primeras críticas formuladas por Marruecos contra esta iniciativa, con las que intenta colocarse en posición de fuerza con vistas a la apertura de la próxima negociación.

Los responsables europeos de la investigación -España estuvo representada por el secretario de Estado, Luis Rojo- fueron los encargados de confirmar el visto bueno dado el jueves a e...

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El Consejo de Ministros de la Comunidad Europea (CE) aprobó ayer formalmente en Luxemburgo la política mediterránea y las medidas de acompañamiento que favorezcan las exportaciones agrícolas de Canarias y la Península, coincidiendo con las primeras críticas formuladas por Marruecos contra esta iniciativa, con las que intenta colocarse en posición de fuerza con vistas a la apertura de la próxima negociación.

Los responsables europeos de la investigación -España estuvo representada por el secretario de Estado, Luis Rojo- fueron los encargados de confirmar el visto bueno dado el jueves a esta política por los embajadores de los doce ante la CE en lugar de los ministros de Asuntos Exteriores, a quienes correspondía normalmente ratificar el acuerdo, pero que se reunían una semana después.La víspera de la celebración del consejo ministerial, el diario gubernamental. marroquí Le Matin du Sahara anunciaba que Rabat no aceptará la oferta hecha por Bruselas porque "no aporta nada nuevo, excepto una consolidación de los intereses españoles", y que el reino alauí se merece "un tratamiento a medida" porque sus relaciones con la Comunidad "no tienen nada que ver" con las que pueden mantener otros países mediterráneos.

El Gobierno de Madrid bloqueó durante diez meses la adopción de la política mediterránea hasta conseguir que el grueso de las exportaciones agrícolas del archipiélago canario, que a petición española no se beneficia de la Política Agrícola Común, resulten más favorecidas que las de los países terceros, especialmente los del Magreb.

Ventajas arancelarias

El propósito de esta nueva etapa de una política mediterránea iniciada en 1976 y dirigida a todos los países ribereños del Mare Nostrum, excepto Libia y Albania, consiste primero en ofrecer para sus productos agrícolas condiciones arancelarias y calendarios ventajosos para su entrada en la CE para que no resulten ahora excesivamente perjudicados por su ampliación a España y Portugal. Los expertos prevén que en el mejor de los casos lograrán mantener el mismo volumen de exportación.

El acuerdo entre los doce sobre esta propuesta ha sido tan difícil de alcanzar que el comisario europeo encargado de negociar con los mediterráneos, el francés Claude Cheysson, no dispone de ningún margen de maniobra, por lo que sus interlocutores tendrán, según fuentes comunitarias, que "tomar o dejar" la oferta y elegirán obviamente la primera opción.

Las críticas de la Prensa marroquí, que reflejan en cierta medida el punto de vista del Gobierno, no significan, en opinión de las mencionadas fuentes, que Rabat no vaya a dar por bueno el ofrecimiento comunitario, sino que intenta colocarse en posición de fuerza de cara a la segunda fase de la política mediterránea que, a diferencia de la primera parte comercial, sí podrá ser negociada.

La segunda fase consiste en suministrar ayudas financieras -subvenciones a fondo perdido y créditos con bajos intereses- a esos mismos países, que serán esta vez algo superiores a los del anterior período quinquenal, que se elevaron a 140.000 millones de pesetas. Los ministros comunitarios de Asuntos Exteriores debatirán de forma informal, el próximo lunes, el volumen de la oferta financiera.

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