La llegada de Ronald Reagan servirá para inaugurar la televisión privada de Islandia
Ronald Reagan es esperado el jueves en Reikiavik, según informó a este periódico el alcalde de la capital islandesa, David Oddsson. Pero sólo por una casualidad podrán los islandeses contemplar en televisión cómo el presidente de Estados Unidos pone pie en su territorio. Se da la coincidencia de que la televisión estatal cierra los jueves en Islandia. Pero, también por una coincidencia fortuita de fechas, precisamente este jueves entrará en funcionamiento la primera cadena de televisión privada, por lo que la cobertura de la llegada de Reagan parece garantizada.
El alcalde de Reikiavik ...
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Ronald Reagan es esperado el jueves en Reikiavik, según informó a este periódico el alcalde de la capital islandesa, David Oddsson. Pero sólo por una casualidad podrán los islandeses contemplar en televisión cómo el presidente de Estados Unidos pone pie en su territorio. Se da la coincidencia de que la televisión estatal cierra los jueves en Islandia. Pero, también por una coincidencia fortuita de fechas, precisamente este jueves entrará en funcionamiento la primera cadena de televisión privada, por lo que la cobertura de la llegada de Reagan parece garantizada.
El alcalde de Reikiavik no se muestra muy convencido de la conveniencia social de esta diversificación de las ondas. "Al principio, cuando se introdujo la televisión, en los años cincuenta, el cierre de los jueves respondió a motivaciones claramente económicas; se trataba de ahorrar dinero. Pero la gente no quiere ahora que las cosas cambien. Los jueves prefieren descansar, leer o hacer otra cosa",- comentó. La televisión islandesa emite sólo 59 horas a la semana.Oddsson, un hombre grueso y afable que representa más de sus 40 años, elegido alcalde en 1982 como representante del Partido de la Independencia (conservador), indicó, por otra parte, que no estaba muy seguro de cuándo llegará a Reikiavik el líder soviético, Mijail Gorbachov, aunque dijo que lo hará después que Reagan. "Creo que será el viernes", manifestó, con un cierto tono quejumbroso, por los problemas que va a causar a la ciudad esta cita anunciada casi sin tiempo para prepararla.
Llegó la limusina de Gorbachov
Además de personal de seguridad, Gorbachov ha enviado ya a Reikiavik como avanzadilla una limusina negra blindada, que llegó el viernes en un vuelo de Aeroflot, las líneas aéreas soviéticas. El pesado automóvil se encuentra actualmente en la Embajada de la URSS. Sin embargo, parece que Gorbachov se alojará en el hotel Saga, el mayor de la ciudad, en tanto que Reagan pernoctará en la Embajada norteamericana.
La información, hasta el momento, es más fluida del lado estadounidense, donde ofi.ciosamente se ha indicado, en coincidencia con lo manifestado por el alcalde, que Reagan llegará hac¡a las ocho de la noche del jueves, y que partirá hacia las tres de la tarde del domingo. Según las mismas fuentes, los dos líderes celebrarán dos entrevistas el sábado, y una tercera el domingo por la mañana.
Oddsson se enteró de que Reagan y Gorbachov se verían en la ciudad que gobierna casi por la Prensa, ya que la noticia le cogió de visita en la República Federal de Alemania. "El Gobierno", dice, "fue informado por las. dos partes pasadas las doce de la noche del lunes" es decir, muy pocas horas antes de que se hiciese el anuncio oficial de la cita.
El país de los glaciares y los volcanes tiene alguna experiencia en la organización de acontecimientos internacionales, ya que en 1973 fue sede de una cumbre entre el entonces presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, al que acechaba ya la sombra del Watergate, y el presidente de la República Francesa Georges Pompidou, aquejado por males más graves, que un año después le llevarían a la tumba.
Reikiavik ha servido, además de sede a numerosas reuniones ministeriales de la OTAN, y en 1972 fue escenario de la victoria, en el tablero de ajedrez, del norteamericano Bobby Fischer sobre el soviético Boris Spassky. Pero ninguno de estos acontecimientos planteó problemas del calibre de los que supone ahora "la llegada casi inmediata de 3.000 o más personas", dice Oddsson.El primer problema ha sido buscar un local para las reuniones, y el alcalde de Reikiavik piensa que finalmente la cumbre se celebrará en su casa, en el Hofdi, que es el edificio donde el Ayuntamiento celebra sus recepciones.
El Hofdi fue construido por los franceses en 1909 como residencia de su cónsul. Tras un breve paso por manos privadas, el edificio fue residencia del embajador británico hasta que, en 1953, el Reino Unido decidió deshacerse de él, según se dice en Reikiavik, "por problemas de fantasmas".
Menos aficionados que los británicos y los mismos islandeses a las historias de almas en pena, "los norteamericanos han dado prácticamente su acuerdo a esa sede", informa Oddsson, aunque ayer faltaba la confirmación de la aceptación soviética.
El segundo problema ha sido facilitar alejamiento a miles de periodistas y guardaespaldas, cuya llegada masiva ha propiciado un movimiento especulativo sin precedentes en este país, que hasta hace pocos años era el campeón de la inflación en el mundo desarrollado. "Siempre hay gentes que se aprovechan de estas situaciones", reconoce el alcalde, sin dar demasiada importancia al tema.
El tercer y principal problema es el de la seguridad, aunque en éste, las autoridades islandesas, que sólo disponen de 300 policías, se limitarán a intentar coordinar la actuación de los agentes norteamericanos y soviéticos, que estarán autorizados a ir armados.
La llegada de 'Sirius'
En relación con la próxima llegada' del buque Sirius, de Greenpeace, el alcalde de Reikiavik, de quien en último término depende el funcionamiento del puerto, no ve motivo para impedir la entrada del barco de la organización ecologista. "No creo que esa gente vaya a hacer ningún daño, aunque, lógicamente, tratarán de exponer sus puntos de vista".
Por lo demás, el alcalde no prevé que la oposición interna de izquierda, representada por la Alianza del Pueblo (tercer partido más importante del país), planee manifestaciones en torno a la cumbre. Se teme, en cambio, la llegada de judíos dispuestos a protestar ante el líder soviético. En ese sentido, las autoridades islandesas han advertido que sólo podrán entrar en el país las personas que tengan alojamiento confirmado.
En el aeropuerto internacional de Reikiavik, situado dentro del perímetro de la base militar estadounidense de Keflavic, que garantiza la defensa de Islandia, se registra minuciosamente a los extranjeros que llegan. Incluso el alcalde Oddsson vio retrasado su paso por la aduana del aeropuerto debido en parte a esta circunstancia, cuando en la madrugada del domingo regresó de la RFA, vía Londres. Un tiempo gris y lluvioso, aunque no excesivamente frío, ni siquiera a las horas de temperaturas más extremas, espera en Reikiavik a los líderes de las dos superpotencias. En esas circunstancias, el alcalde no dudó en recomendar al periodista que visite las piscinas de la ciudad. "Báñese", aconsejó con orgullo. "Son magníficas".