Cartas al director

La seducción alemana

Resulta reconfortante a estas alturas del verano percibir en boca de un partido socialdemócrata vecino, el SPD alemán, un programa electoral de intenciones que el propio editorialista de EL PAÍS se atreve a colocar a la izquierda del socialismo europeo de hoy (recordar EL PAÍS del 31 de agosto pasado).El ocaso también seduce por sus consecuencias previsibles. Y es que suele suceder que si llegan al poder desde ese programa de la oposición, y desde un trabajo mordaz en la campaña, aquel inicial programa electoral de intenciones queda reducido pronto a un sin más programa de intenciones electora...

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Resulta reconfortante a estas alturas del verano percibir en boca de un partido socialdemócrata vecino, el SPD alemán, un programa electoral de intenciones que el propio editorialista de EL PAÍS se atreve a colocar a la izquierda del socialismo europeo de hoy (recordar EL PAÍS del 31 de agosto pasado).El ocaso también seduce por sus consecuencias previsibles. Y es que suele suceder que si llegan al poder desde ese programa de la oposición, y desde un trabajo mordaz en la campaña, aquel inicial programa electoral de intenciones queda reducido pronto a un sin más programa de intenciones electorales. Porque otra perspectiva se alza con urgencia en el horizonte inmediato de la opción política vencedora, la que institucionalizan un número asombroso de correligionarios -profesores y licenciados- en expectativa de favor, con el poder que esto confiere a la ejecutiva correspondiente.

De las consecuencias previsibles de un programa electoral izquierdista socialdemócrata damos fe desde nuestra experiencia socialista propia. Soy de los que creen que en el ciudadano medio se está reforzando la actitud siguiente: no nos fiamos que los hombres de centro vayan a hacer una política de centro, por eso dejamos a la gente de izquierda que la haga. Luego, incluso, callamos humildemente ante las, estentóreas salidas de un ministro convocación truncada de director de cine que al fin pudo dirigir -en exteriores urbanos y con grandes movimientos de masas- "una drástica reconversión industrial", y que hoy estigmatiza en nosotros el drama del paro real. Y digo que callamos humildemente porque aunque intuyamos que uno de los mayores logros de la política económica del Gabinete socialista, a saber, el de la contención de la inflación, apoyándose en la moderación del incremento salarial con pérdidas sucesivas del poder adquisitivo de la gran mayoría de trabajadores, hubiese sido imposible sin la comprensión solícita y la colaboración casi obediente del sindicato afín UGT, de implantación estatal; ¿quién puede comentar este hecho concreto en la televisión pública, bajo la alardeada mayor libertad de expresión que hemos tenido nunca, y en vísperas de unas importantes elecciones sindicales?

Es por eso por lo que yo pediría desde aquí a los líderes alemanes del SPD: ¿podrían incluir en su programa electoral de izquierdas una próxima reapertura de La clave, aunque sea en Alemania.-

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