Crítica:"POP"

La sencillez de Paul Collins

El mundo es a veces un pañuelo, y puede resultar que en Madrid podamos disfrutar la presencia, como un vecino más, de un músico de las características de Paul Collins, que representa algo de lo mejor que ha dado el nuevo rock norteamericano. Su trayectoria se inició en 1975 como batería de la banda The Nerves, para tomar las riendas de The Beat como guitarrista, compositor y cantante. Corría 1978 y la idea de la casa discográfica con la que grababan era repetir éxitos de otros grupos de power pop, como The Knack. La cosa no salió como estaba prevista y en 1984 Paul Collins se tra...

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El mundo es a veces un pañuelo, y puede resultar que en Madrid podamos disfrutar la presencia, como un vecino más, de un músico de las características de Paul Collins, que representa algo de lo mejor que ha dado el nuevo rock norteamericano. Su trayectoria se inició en 1975 como batería de la banda The Nerves, para tomar las riendas de The Beat como guitarrista, compositor y cantante. Corría 1978 y la idea de la casa discográfica con la que grababan era repetir éxitos de otros grupos de power pop, como The Knack. La cosa no salió como estaba prevista y en 1984 Paul Collins se trasladó a Europa, recaló en Madrid y se convirtió en uno más de los que sienten y padecen todas las ventajas y deficiencias que significa hacer música en este país.Energía, sencillez y buenas canciones son algunas de las características de Collins, que en sus actuaciones mantiene la esencia de un rock sin concesiones a una comercialidad fácil. Sus composiciones son personales, ha creado un estilo y se mantiene fiel a él con el reconocimiento de seguidores incondicionales que le aprecian y agradecen que siga este canimo. Es tremendamente directo, potente, no se complica con florituras y ofrece lo que tiene, acompañado de su inseparable Steven Huff y dos músicos españoles, Emilio Huertas y Manuel Iglesias.

Paul Collins Beat

Paul Collins (voz y guitarra), Steven Huff (bajo y voces), Emilio Huertas (guitarra), Manuel Iglesias (bajo). Sala Universal. Madrid, días 10 y 11 de julio.

La labor de Paul Collins como guitarrista es oscura pero magnífica, su voz responde a la perfección, y el bajo de Steven proporciona la base dura, espesa y perfectamente integrada que necesita. Sus conciertos madrileños demostraron que está en forma y con ganas. Se encontró a gusto en el escenario y los temas antiguos, recientes y los que formarán su futuro elepé se sucedieron ágilmente. Paul Collins se llevó al público de calle y el futuro que ha elegido se presenta prometedor. La inspiración se. mantiene fresca, sus 30 años no han limado la energía ni la agilidad y habrá que esperar ese próximo disco, el primero grabado en España.

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