Crítica:

Monografico Cristóbal Halffter

Orquesta Nacional de España

Director: Cristóbal Halffter. Solistas: Christiane Edinger, violín, y Tabea Zimmermann, viola. Obras de Halffter. Teatro Real. 30 de mayo.

Se celebró este monográfico Cristóbal Halffter con el que el Centro para la Difusión de la Música Contemporánea clausura su curso. Pero, como en el caso de los dedicados a Ernesto Halffter y Luis de Pablo, no acabo de comprenderlo. Y me parece dañino el apartheid en el que, de modo cada vez más acusado, se quiere recluir a la música española de más de medio siglo. No tenemos inconveniente, en cambio, e...

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Orquesta Nacional de España

Director: Cristóbal Halffter. Solistas: Christiane Edinger, violín, y Tabea Zimmermann, viola. Obras de Halffter. Teatro Real. 30 de mayo.

Se celebró este monográfico Cristóbal Halffter con el que el Centro para la Difusión de la Música Contemporánea clausura su curso. Pero, como en el caso de los dedicados a Ernesto Halffter y Luis de Pablo, no acabo de comprenderlo. Y me parece dañino el apartheid en el que, de modo cada vez más acusado, se quiere recluir a la música española de más de medio siglo. No tenemos inconveniente, en cambio, en conceder monográficos a autores extranjeros. evidentemente notables.Da que pensar semejante actitud, sobre todo cuando se nos intenta convencer de que aquí no es viable lo que resulta normal no ya en París, Londres o, Berlín, sino en Zúrich y Basilea, donde habría cabido el monográfico Hafffter dentro de las series de abono.

En febrero asistí en Basilea al estreno del Doble concierto de Halffter. En el programa se incluían, además, dos obras de Ligeti, Ramificaciones y Apariciones, todas dirigidas por el compositor madrileño. Resultado: éxito absoluto. Pero ha de anotarse algo más preocupante: la superioridad manifiesta de las versiones por parte de la Basler Sinfonie Orchester, bajo la dirección del mismo Halffter. Tampoco nos compensa la Orquesta Nacional con versiones magistrales del repertorio, lo que sería un triste consuelo, pero consuelo al fin.

Parece imperar en la ONE una cierta dejadez, un desinterés que conduce al desaliño y la mediocridad, a pesar de la progresiva renovación de los cuadros y de la apertura a la contratación de extranjeros, Quedó todo ello evidenciado en el estreno del Doble concierto protagonizado por dos solistas de altísima categoría: la violinista Christíane Edinger (Potsdam, 1945) y la violista Tabea Zimmermann (Lahr, 1966), las mismas que hicieron la primera mundial de la obra en Suiza para otorgarle, como en Madrid, cuantos valores contiene, que son muchos.

Pertenece la página al Halffter maduro y, para mí, más atractivo :el que renuncia a expresiones excesivas, un tanto berliozianas, como sucede en la Elegía a García Lorca, en la que el término, ligado desde su origen griego a la significación de Llanto, se convierte en estentórea violencia. No sucede así en la segunda Elegía a Miguel Hernández, la más hermosa del tríptico, ni tampoco en la triste evocación del exilio machadiano.

En el Concierto, cuando Halffter se interna en lo innig (esto es, íntimo, cordial) logra una belleza perfecta, aquélla que nació en la breve página In memoriam Anaik, de 1968, que se prolongó en la Noche pasiva (1970) y que, cada vez más, ha llevado al compositor por el camino de un "dolorido sentir", tan interiorizado y expresivo como enraizado en el sentimiento español, que luce con esplendor en Versus y esperamos con impaciencia en No queda más que el silencio, el tributo a Lorca que estrenará Rostropovich en Granada.

Dar forma exacta a ese sentimiento, en su vertebración y su arquitectura, ha sido el triunfo de Cristóbal Halffter en el concierto, una obra maestra, como corresponde al magisterio de su autor. El éxito fue total.

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