Crítica:'ROCK'

Una iglesia de culto

Mientras algunos grupos se devanan el seso buscando ese punto de fusión que les permita conectar con una parte de audiencia que necesita planteamientos musicales nuevos, The Church -La Iglesia- aborda sus actuaciones en directo sin este tipo de complicaciones. La intención acústica, suave en ocasiones, de los discos de The Church desaparece en vivo dando paso en su lugar a un sonido muy fuerte y a una energía que se adivina latente en sus cinco elepés.Es un cuarteto basado en las guitarras de Peter Koppes y Marty Willson-Piper, que se alternan en unos solos sencillos, de muy pocas notas...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Mientras algunos grupos se devanan el seso buscando ese punto de fusión que les permita conectar con una parte de audiencia que necesita planteamientos musicales nuevos, The Church -La Iglesia- aborda sus actuaciones en directo sin este tipo de complicaciones. La intención acústica, suave en ocasiones, de los discos de The Church desaparece en vivo dando paso en su lugar a un sonido muy fuerte y a una energía que se adivina latente en sus cinco elepés.Es un cuarteto basado en las guitarras de Peter Koppes y Marty Willson-Piper, que se alternan en unos solos sencillos, de muy pocas notas, creadores de ambientes; el bajo de Steve Kilbey, que no se limita a cumplir una función rítmica sino que dibuja constantemente líneas melódicas, y la batería de Richard Ploog, que es poco espectacular pero que resulta precisa y efectiva.

The Church

Steve Kilbey, voz y bajo; Peter Koppes, guitarra y coros; Marty Willson-Piper, guitarra y coros; Richard Ploog, batería. Sala Universal. Madrid, 21 de mayo.

The Church son, ante todo, un grupo en el que las individualidades siempre están en función de una idea musical muy concreta y personal, sustentada por buenas canciones estructuradas con pocos acordes y un sentido rítmico que varía muy poco de un tema a otro.

Estilo propio

En tan sólo cinco años, el cuarteto australiano de Sidney ha conseguido crear un estilo propio y reconocible, centrado en guitarras que trabajan muy bien los arpegios con sonido duro y acoples provocados, que proporcionan una base armónica sobre la que la voz y los coros planean con bastante libertad y sin necesidad de someterse a esquemas rígidos.Su concierto fue un repaso de canciones antiguas y presentación de algunos temas de su último disco, titulado Heyday, con una sala que estuvo repleta de un público que encontró lo que iba a buscar: un rock sencillo, claro, contundente, oscuro, enérgico, personal y de ideas muy claras.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En