A los españoles de corazón dividido

El presidente del Gobierno, Felipe González, se dirigió ayer, poco antes de salir hacia Leningrado, a los españoles de corazón dividido, los niños de la guerra y sus familiares que acudieron a una recepción ofrecida en el mismo escenario donde hace dos años los Reyes de España fueron objeto de una calurosa acogida por parte de la colonia residente en la URSS a consecuencia de la guerra civil de 1936.

La recepción de ayer -en el hotel Sovietskaia- fue menos calurosa y multitudinaria que la ofrecida por Sus Majestades, donde las connotaciones simbólicas eran mayores. González s...

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El presidente del Gobierno, Felipe González, se dirigió ayer, poco antes de salir hacia Leningrado, a los españoles de corazón dividido, los niños de la guerra y sus familiares que acudieron a una recepción ofrecida en el mismo escenario donde hace dos años los Reyes de España fueron objeto de una calurosa acogida por parte de la colonia residente en la URSS a consecuencia de la guerra civil de 1936.

La recepción de ayer -en el hotel Sovietskaia- fue menos calurosa y multitudinaria que la ofrecida por Sus Majestades, donde las connotaciones simbólicas eran mayores. González se refirió al tema de las pensiones de jubilación, el punto más conflictivo de cara al retorno de quienes quieren hacerlo, y señaló que, "de una u otra forma, creo que vamos a resolverlo". Unos 1.100 españoles residen todavía en la URSS del contingente de unos 5.000 que llegaron como niños o como exiliados políticos a partir de 1937. En la actualidad, estos españoles sólo tienen derecho a percibir su pensión en España si han trabajado hasta la edad de la jubilación.

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Una delegación de estos españoles entregó al presidente del Gobierno español una carta en la que se pedía un mecanismo de compensación para las pensiones soviéticas -de hasta 120 rublos como máximo (un rublo, 220 pesetas al cambio oficial)- con objeto de equipararlas al salario medio interprofesional, garantías para recibir viviendas protegidas a su regreso, inclusión en los beneficios de la Seguridad Social española y agilización de las negociaciones con el Gobierno soviético para la repatriación. Los españoles recordaban que sus problemas habían sido planteados anteriormente a dos ministros de Asuntos Exteriores de España, un ministro de Justicia, varias delegaciones parlamentarias y el presidente de la Cruz Roja.

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