Crítica:FLAMENCO

Una guitarra

Ya se habla, en la guitarra flamenca, de antes y después de Paco de Lucía. Con el paso del tiempo ésto será más definitivo. Porque Paco fue el hombre que hace unos años comenzó a plantearse el toque sobre presupuestos radicalmente distintos a los tradicionales. Las consecuencias, a la vista están. El toque es la única disciplina flamenca en que se ha operado una verdadera revolución. El responsable se llama. Paco de Lucía.Dotado para un instrumento al que nadie ha sacado tan bellos sonidos como él, y profundamente entrañado además con lo jondo, Paco ha ido progresando cons...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Ya se habla, en la guitarra flamenca, de antes y después de Paco de Lucía. Con el paso del tiempo ésto será más definitivo. Porque Paco fue el hombre que hace unos años comenzó a plantearse el toque sobre presupuestos radicalmente distintos a los tradicionales. Las consecuencias, a la vista están. El toque es la única disciplina flamenca en que se ha operado una verdadera revolución. El responsable se llama. Paco de Lucía.Dotado para un instrumento al que nadie ha sacado tan bellos sonidos como él, y profundamente entrañado además con lo jondo, Paco ha ido progresando constantemente por una vía de enorme inquietud creadora, a la búsqueda de cuanto pudiera enriquecer de alguna manera su música. Es cierto que en esa búsqueda Lucía se ha equivocado a veces o no ha acertado en la medida que él perseguía, pero es cierto también que fue construyendo una música hoy reconocida universalmente.

Paco de Lucía

Con Ramón de Algeciras (guitarra), Pepe de Lucía (cante y guitarra), José María Bandera (guitarra), Carles Benavent (bajo), Jorge Pardo (flauta y saxo), Rubem Dantas (percusión) y Juan Ramírez (bailaor). Teatro Alcalá-Palace. Madrid, 27 de abril.

El concierto que nos ofreció como clausura de la III Cumbre Flamenca fue muy bello. Y podría interpretarse como síntesis de su trayectoria. Comenzó él solo con su guitarra haciendo increíbles toques por taranta y por fandangos, por soleá, por alegrías. Toques suntuosos, dificilísimos de ejecución, en los que la profundidad, la emoción, el sentimiento, de lo jondo afloran constantemente.

Después fue. introduciendo las palmas, algún que otro instrumento, hasta completar un conjunto frecuente en sus conciertos, con tres guitarras más, un bajo, flauta o saxo y percusión. Al final del concierto ese conjunto sonaba ya en ocasiones más a jazz que a flamenco, pero la música que hacía era igualmente, muy hermosa.

Aunque lo esencial seguía siendo una guitarra, la de Paco de Lucía. Lo demás era accesorio. En el entendimiento de que lo accesorio en tomo a Paco es gente escogida, artistas de enorme calidad. Entre los cuales brilló el cante de su hermano Pepe, que sigue siendo tan gran cantaor flamenco. Y brilló el baile de un Juan Ramírez, todavía poco conocido, pero que es un bailaor con una técnica de pies absolutamente de pasmo.

El público vibró como en ninguna noche antes había vibrado. La música de Paco la entienden, pese a su complejidad, incluso quienes jamás oyeron cantiñear un fandango. Son los poderes del artista.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En