Príncipes, condes y marqueses de Florencia se sentarán en el banquillo por un escándalo de fuga de capitales

Florencia, que en 1986 luce su vestido de gala de capital europea de la cultura, se ve estos días sacudida por un escándalo que va a poner en el banquillo de los acusados a un estamento social que es siempre noticia y produce cosquillas en la opinión pública: la nobleza. El motivo: fuga de capitales, operaciones ilegales con 2.300 millones de pesetas por medio.

Condes, marqueses, príncipes y un duque muy conocido, Amadeo d'Aosta, han caído en manos de la Magistratura, acusados de exportación ilícita de divisas, sobre todo a Suiza. La investigación se había llevado con gran secreto, pero...

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Florencia, que en 1986 luce su vestido de gala de capital europea de la cultura, se ve estos días sacudida por un escándalo que va a poner en el banquillo de los acusados a un estamento social que es siempre noticia y produce cosquillas en la opinión pública: la nobleza. El motivo: fuga de capitales, operaciones ilegales con 2.300 millones de pesetas por medio.

Condes, marqueses, príncipes y un duque muy conocido, Amadeo d'Aosta, han caído en manos de la Magistratura, acusados de exportación ilícita de divisas, sobre todo a Suiza. La investigación se había llevado con gran secreto, pero poco a poco los nombres famosos de la nobleza florentina han ido filtrándose a la Prensa. Son 97 en total los acusados que tendrán que presentarse ante el magistrado el 20 de mayo, y la mayor parte son títulos. La investigación la lleva el fiscal Michele Polvani, y ya se dice que nunca un magistrado italiano ha tenido la ocasión de interrogar a tantos nobles juntos. Y como el fútbol está metido en todas las danzas, entre príncipes y marqueses figura también un entrenador, Paolo Carasi del Monza.Se encuentran en el selecto grupo, además, el industrial Roberto Bini; el conde Fabio Borgia, propietario de tierras en la famosa y bellísima Maremma; la princesa Lucrezia Corsini, acusada de haber enviado al exterior 20 millones de pesetas; el conde Francesco Guicciardini; el príncipe Stefano Adami Clementini Piccolomini, que vive en la finca de la Querciola sobre la colina de Scandicci, y el conde Cesare Sannini Puccinelli. Junto al duque Amadeo d'Aosta, cuyo nombre destacan todos los periódicos, está su ex mujer, Claude d'Orleans, de 43 años, francesa, y actualmente en paradero desconocido.

Según las indiscreciones de la Prensa, en la lista negra hay de todo: hasta el psiquiatra Mario Nistri, acusado de haber llevado al extranjero 100 millones de pesetas. Y un profesor de Harvard, Giovanni Sartori.

El escándalo nació en el banco Steinhauslin. Los jueces llegaron al ovillo tirando de un hilo muy concreto: una serie de cartillas de ahorro sin nombres o con nombres sólo simbólicos como Pera o Clavel.

A través de estas cartillas fantasmas, estos nobles y potentados sacaban dinero del país y lo volvían a introducir cuando querían. Pero alguien se paso de listo y en el banco se descubrió un desfalco de cuatro millones de pesetas y más de 2.000 operaciones ilegales por un total de 2.300 millones de pesetas.

Según, la Prensa de Florencia, no se excluye que en las próximas semanas puedan filtrarse nuevos nombres de la, lista de millonarios famosos, ya que, al parecer, de los 97 acusados no hay ninguno que sea un personaje anónimo o indiferente. Son todos bocatto di cardinale para la crónica mundana.

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En Florencia, no obstante, se considera que estos acusados excelentes han encontrado el medio para posponer hasta el próximo otoño su presencia ante los tribunales.

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