VIOLENCIA EN EL MEDITERRÁNEO

El Gobierno español cree que el mensaje de Gaddafi propicia un clima favorable a la distensión

El Gobierno español considera que la intervención televisada, el pasado miércoles, del líder libio, Muammar el Gaddafi, propicia un clima favorable a la superación de la crisis. "Cualquier declaración que contribuya a hacer disminuir la tensión nos parece adecuada", fueron las palabras con las que una fuente gubernamental española comentó ayer el mensaje de Gaddafi. El miércoles, el subsecretario de Asuntos Exteriores, Fernando Perpiñá, recibió al encargado de Negocios en funciones de Libia en Madrid, Mohamed Saad, para protestar por el ataque del martes contra la isla italiana de Lampedusa....

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El Gobierno español considera que la intervención televisada, el pasado miércoles, del líder libio, Muammar el Gaddafi, propicia un clima favorable a la superación de la crisis. "Cualquier declaración que contribuya a hacer disminuir la tensión nos parece adecuada", fueron las palabras con las que una fuente gubernamental española comentó ayer el mensaje de Gaddafi. El miércoles, el subsecretario de Asuntos Exteriores, Fernando Perpiñá, recibió al encargado de Negocios en funciones de Libia en Madrid, Mohamed Saad, para protestar por el ataque del martes contra la isla italiana de Lampedusa.

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Las autoridades españolas decidieron hace dos días el regreso a Trípoli del embajador de España, Ricardo Peidró Conde, que fue llamado a consultas el pasado día 10, después de que el líder libio, Muammar, el Gaddafi, renovara sus amenazas contra España. Peidró Conde y su esposa tenían previsto regresar a Trípoli ayer, pero no pudieron hacerlo al haberse suspendido el primer vuelo de Iberia desde el bombardeo. El Ministerio de Asuntos Exteriores estudió la posibilidad de que el embajador regresara en un avión de la Subsecretaría de Aviación Civil, pero el plan se desechó ante las escasas garantías de seguridad que ofrece aún el espacio aéreo libio.Poco después de la una de la tarde, tras la anulación del vuelo de Iberia, el embajador y su esposa abandonaron la salita especial en la que esperaban el momento del embarque y, tras un rápido recorrido por la sala del aeropuerto -flanqueados por personal de Barajas y las cámaras de televisión-, se dirigieron al coche oficial que les esperaba en la puerta. No quiso hacer declaraciones.

Entretanto, fuentes oficiales españolas insistían en que el Gobierno español desconocía por completo la decisión de Washington de bombardear Libia. Sin embargo, estos mismos círculos reconocen que el hecho era previsible, dado el rumbo tomado por los barcos de la VI Flota y las sugerencias hechas en Madrid el pasado sábado por el embajador de EE UU en las Naciones Unidas, Vernon Walters. Fuentes de la Presidencia del,Gobierno español y del Ministerio de Asuntos Exteriores reiteraron también que España no colaboró conel ataque.

El miércoles, en su intervención ante el Congreso de los Diputados, el ministro de Defensa, Narcís Serra, negó que militares estadounidenses siguieran con equipos de radar españoles el ataque a Libia. Serra explicó que en el centro de operaciones de combate hay todos los días suboficiales norteamericanos, para ayudar en eventuales labores de traducción. En la víspera del ataque y el día en que se produjo éste, los suboficiales de EE UU abandonaron el centro, como de costumbre, a las cinco de la tarde, afirmó Serra.

El Grupo Popular ha presentado en el Congreso tres preguntas al presidente del Gobierno sobre la crisis libia. La oposición conservadora se interesa por las razones que hicieron que se mantuviera en secreto la visita de Walters, el grado de información del Gobierno sobre el ataque y los medios por los que obtuvo la información.

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