La policía griega quiere interrogar a la libanesa Mansur

La policía griega quiere interrogar en Atenas a la ciudadana libanesa May Elías Mansur, de 31 años. Para las autoridades griegas, la joven es, hasta el momento, la única sospechosa de haber colocado la bomba que estalló el pasado miércoles en un Boeing 727 de la compañía norteamericana TWA que se disponía a aterrizar en Atenas y provocó la muerte de cuatro de sus pasajeros. Aunque el jefe policial encargado del caso mantiene un prudente silencio acerca de los resultados de las investigaciones, ¡porque "todavía no han terminado", ésa es la conclusión que se desprende del actual estado de las mi...

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La policía griega quiere interrogar en Atenas a la ciudadana libanesa May Elías Mansur, de 31 años. Para las autoridades griegas, la joven es, hasta el momento, la única sospechosa de haber colocado la bomba que estalló el pasado miércoles en un Boeing 727 de la compañía norteamericana TWA que se disponía a aterrizar en Atenas y provocó la muerte de cuatro de sus pasajeros. Aunque el jefe policial encargado del caso mantiene un prudente silencio acerca de los resultados de las investigaciones, ¡porque "todavía no han terminado", ésa es la conclusión que se desprende del actual estado de las mismas.

Sentado, en su despacho de la planta 12ª de la nueva sede policial, en la avenida Alejandras, el responsable máximo de la investigación -que prefiere mantener el anonimato- se muestra reacio a ampliar detalles sobre May Elías Mansur. "No puedo decir más. Tenemos algunas sospechas, pero lo único que podemos asegurar es que hizo el viaje El Cairo-Atenas-Beirut", afirma el policía.Sin embargo, y a pesar del mentís de la pasajera libanesa, todo parece indicar que las investigaciones se centran principalmente en ella. El piropio jefe policial manifestó aver a EL PAÍS que "hasta ahora" no tienen ningún elemento de sospecha sobre el resto de los pasajeros.

Mansur, a quienlas autoridades italianas describen como una experta en explosivos, viajó el miércibles en el prirner trayecto del avión de la TWA, de El Cairo a Atenas, sentada. en asiento 10 F, bajo el cual. se presume que fue colocado el explosivo. La citada pasajera, que llevaba pasaporte libanés, fue la única que abandonó el avión. en Atenas, donde tomó un avión hacia Beirut.

Desde el primer momento, las sospechas se han dirigido hacia ella, quien, sin embargo, ha negado en su domicilio, deTrípoli (al norte de Líbano) cualqaier implicación en el asunto. "No tengo nada que ver Con el incidente, ni conocimiento de él", aseguró el pasado fin de semana. No obstante, se ha mostrado dispuesta a colaborar con las autoridades policiales helenas, aunque con condiciones. "Estoy dispuesta a recibir a cualquier cornisión griega que investigue el atentado, pero no estoy dispuesta a ir a Grecia para ello", dijo, ayer desde su domicilio.

Mansur, que se declaró militante del Partido Social Nacionalista Sirio (SNSP), se negó a condenar el atentado porque, según inanifestó, apoya los ataques contra objetivos norteamericanos, aunque "no la forma en que éste se llevó a cabo".

"He participado en varias operaciones contra el enemigo judíosionista y los [cristianos] falangistas, pero todavía no he tenido el honor de realizar operaciones en el extranjero", añadió.

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La sospechosa reconoció que el día del atentado voló en el avión de la TWA de El Cairo a Atenas, pero dijo: "Había más de 100 pasajeros en el aparato, ¿por qué me acusan a mí? ¿Porque soy libanesa?". En su primera intervención pública, el pasado viernes, May Mansur aseguró que emprendería acciones legales contra quienes pretendieran imputarle el atentado.

Por otra parte, las autopsias efectuadas a los cadáveres de las cuatro víctimas de la explosión parecen confirmar que la bomba fue colocada bajo un asiento, el 10 F con toda seguridad, ocupado en ese momento por el ciudadano norteamericano de origen colombiano Albert Ospina.

El tipo de heridas que presenta el cadáver de Ospina (una especie de agujeros) permite asegurar que su muerte fue provocada instantáneamente por la explosión y que ya estaba muerto cuando salió despedido del aparato. De acuerdo con las informaciones facilitadas por fuentes policiales, al cuerpo de Ospina le faltan trozos de la parte media del tronco (abdomen y espalda), en tanto que su parte inferior aparece parcialmente carbonizada. Esto, según los expertos griegos y norteamericanos, indica que la bomba fue colocada bajo su asiento.

Investigación norteamericana

En los exámenes llevados a cabo en el Instituto Forense de Atenas han participado, además de los especialistas griegos, tres ftincionarios del Buró Federal de Investigación (FBI), cuatro criminólogos y dos jueces, todos ellos norteamericanos. Estos expertos analizaron, además, los cadáveres durante algunas horas con una máquina especial de rayos X en la base aérea de Hellenikon, cerca de Atenas.

Respecto a la colaboración que están prestando en el caso tanto la policía italiana como los especialistas norteamericanos, el responsable griego de la investigación declaró que es "muy beneficiosa".

El periódico griego To Vima aseguraba ayer que un ex ministro del Gobierno libanés de Rachid Karame se encontraba en el avión contra el que se produjo el atentado. El diario, que citaba "fuentes seguras", especulaba con la posibilidad de que el mencionado ministro -"cuyo nombre se ha tenido en secreto por razones de seguridad"- pudiera haber sido "uno de los objetivos del atentado".

Un portavoz del aeropuerto de Atenas confirmó telefónicamente que un "funcionario árabe" se encontraba en el avión, pero no dio más detalles.

[Estadios Unidos, que ve la mano libia en este caso y en el atentado del pasado sábado contra la discoteca berlinesa La Belle, ha reanudado los intentos de convencer a sus aliados de que aíslen a Muammar el Gaddafi, informa Reuter. A juicio de Edward Djerejian, portavoz de la Casa Blanca, ambos atentados "han sensibilizado a los europeos sobre el peligro". "El peligro está en sus puertas, no en las nuestras", dice.

Washington desea que sus afidos europeos adopten sanciones económicas y políticas contra Libia. Entre estas últimas se encuentra el cierre de las embajadas o, en su defecto, la expulsión de los diplomáticos libios sobre los que exista constancia de que realizan actividades incompatibles con su estatuto].

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