Cartas al director

Catalunya, puerta de Europa

Siempre creí que Cataluña era la puerta de Europa, y los creí como buen ampurdanés hasta la noche de los resultados del referéndum, cuando los resultados catalanes, a consecuencia de responder con una estupidez a una consulta innecesario, me convencieron de que habíamos sentenciado nuestro pretendido europeismo. En Europa no se comprende que a una torpeza se le responda con un odio irresponsable. Y ahora me pregunto: ¿no serán muchos de los nacionalistas catalanes como aquellos militantes de la Lliga Regionalista que a la hora de la verdad de la guerra civil corrieron a alistarse al Tercio de ...

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Siempre creí que Cataluña era la puerta de Europa, y los creí como buen ampurdanés hasta la noche de los resultados del referéndum, cuando los resultados catalanes, a consecuencia de responder con una estupidez a una consulta innecesario, me convencieron de que habíamos sentenciado nuestro pretendido europeismo. En Europa no se comprende que a una torpeza se le responda con un odio irresponsable. Y ahora me pregunto: ¿no serán muchos de los nacionalistas catalanes como aquellos militantes de la Lliga Regionalista que a la hora de la verdad de la guerra civil corrieron a alistarse al Tercio de Requetés de Nuestra Señora de Montserrat, o como los que hace poco en Galicia se apresuraron a apoyar a Coalición Popular, valedora de su caciquismo secular? Si legitimamos que se puede oponer a una ineptitud del Gobierno español una respuesta carente de toda coherencia y de toda ética y que nos pone en ridículo ante Europa, también debiéramos justificar el alzamiento del general Franco frente a la República ante la ineptitud de muchos de sus hombres para formar un frente común y abortar la rebelión. Como siempre, una acción rnovida por el odio no es rentable políticamente.-

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