Crítica:

La Pasión según la Sinfónica de Bamberg

Concierto en la Filarmónica

Programa: J. S. Bach. La Pasión según san Juan. BWV 245. Intérpretes: E. van Lier (soprano), M. Georg (contralto), M. Goldthorpe, (tenor), P. Lika y J.. Gebhard (bajos). Süddeutsches Vokalensemble. Orquesta Sinfónica de Bamberg. Director: R. Beclk. Teatro Principal. Valencia, 24 de marzo de 1986.

, Valencia Una interpretación de miásica barroca que pone el mayor esmero en el discurso del bajo continuo es, cuando menos, pienarriente consecuente. Con su suave firmeza, acaso el primer violonchelo de la Orquesta Sinfónica de Bamberg, a...

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Concierto en la Filarmónica

Programa: J. S. Bach. La Pasión según san Juan. BWV 245. Intérpretes: E. van Lier (soprano), M. Georg (contralto), M. Goldthorpe, (tenor), P. Lika y J.. Gebhard (bajos). Süddeutsches Vokalensemble. Orquesta Sinfónica de Bamberg. Director: R. Beclk. Teatro Principal. Valencia, 24 de marzo de 1986.

, Valencia Una interpretación de miásica barroca que pone el mayor esmero en el discurso del bajo continuo es, cuando menos, pienarriente consecuente. Con su suave firmeza, acaso el primer violonchelo de la Orquesta Sinfónica de Bamberg, anónimo en el programa, hizo lo principal de una Pasión según san Juan consistente en todo su recorrido y muy bella en los más de sus episodios.La orquesta, admirablemente concertada, rayando alguna vez en lo asombroso en este concierto valenciano, sostuvo con ejemplaridad unas voces, si no absolutamente disciplinadas -la disciplina del Norte no siempre es la que se espera-, sí cálidas y en ocasiones con una dicción muy matizada y llena de sentido (memorable el coro número 54 de la partitura de Bach). Con relación a las voces a solo, sin embargo, acaso fue la orquesta un punto implacable, algo destempladas las violas en el aria número 32, y discutible la sustitución del laúd por la viola da gamba en pizzicato.

Penuria de tenores

Pese a ello, la buena escuela acompañó en todo momento a las voces solistas, los bajos en particular, y sólo es de lamentar que la penuria de tenores obligue a reunir en una sola voz los papeles de Evangelista y arias demasiado diversos de modo que un narrador que matiza con gusto el recitativo queda corto cuando pasa al bel canto.

El director del concierto, Rudolf Beck, condujo la obra sin desfallecimiento, a tiempo animado, inteligentemente atento a la continuidad arriba aludida y con lapasión puesta en el drama coral, lo más acusado tal vez de esta Pasión menor y, sin embargo, más intensamente escénica.

Fue de agradecer la inserción en el programa del texto de la obra de Bach, original y traducido.

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