Cuestión de talla

La última edición del Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia (año 1984) sigue ofreciendo sorpresas. Me fijaré sólo en una. La voz "braga" tiene en él cinco acepciones. Según aclara el propio diccionario en la página XIX, las primeras acepciones de una palabra son las de uso corriente, y las últimas, las propias de lenguaje técnico o de germanía. Pues bien: el primer significado de la citada voz es "calzón, prenda de vestir masculina". Y el quinto y último, "prenda interior usada por las mujeres y los niños de corta edad".Si las últimas acepciones son propias de la germaní...

La última edición del Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia (año 1984) sigue ofreciendo sorpresas. Me fijaré sólo en una. La voz "braga" tiene en él cinco acepciones. Según aclara el propio diccionario en la página XIX, las primeras acepciones de una palabra son las de uso corriente, y las últimas, las propias de lenguaje técnico o de germanía. Pues bien: el primer significado de la citada voz es "calzón, prenda de vestir masculina". Y el quinto y último, "prenda interior usada por las mujeres y los niños de corta edad".Si las últimas acepciones son propias de la germanía, han de ser ladrones, rufianes y similares quienes aplican la braga a la mujer. Teniendo en cuenta la sustanciosa definición que el mismo diccionario hace de esta prenda cuando es usada por las mujeres ("cubre desde la cintura hasta el arranque de las piernas..."), realmente sólo a un rufián se le ocurre pensar que todas las bragas (femeninas, claro) sean de tamaña extensión.

Lo verdaderamente extraño es la idea peregrina que la Academia tiene de las bragas actuales.

Y es que una cosa es la etimología celto-latina, el Tesoro de la lengua, de Covarrubias (1611), el Diccionario de autoridades (1726-1739)... y otra cosa es la realidad presente.-