Crítica:MÚSICA CLÁSICA

Ctistóbal Halffter, aplaudido en Europa

ENVIADO ESPECIAL La primera audición musical del Doble concierto para violín y viola, en la Musikhalle de Basilea, ha constituido un nuevo y gran triunfo de Cristóbal Halffter, que dirigió su partitura a la Basler Sinfonic-Orchester y a los solistas Christiane Edinger y Tabea Zimmermann. Cinco veces salió a escena, en medio de los aplausos de un público de abono, nuestro compositor, que, junto a su obra, programó La música nocturna de Madrid, de Bocherini; Sonatas y Conzone, de Gabriele, y Ramificaciones y Apariciones, de Girogy Ligeti.

En las dos repeticione...

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ENVIADO ESPECIAL La primera audición musical del Doble concierto para violín y viola, en la Musikhalle de Basilea, ha constituido un nuevo y gran triunfo de Cristóbal Halffter, que dirigió su partitura a la Basler Sinfonic-Orchester y a los solistas Christiane Edinger y Tabea Zimmermann. Cinco veces salió a escena, en medio de los aplausos de un público de abono, nuestro compositor, que, junto a su obra, programó La música nocturna de Madrid, de Bocherini; Sonatas y Conzone, de Gabriele, y Ramificaciones y Apariciones, de Girogy Ligeti.

En las dos repeticiones del programa pudimos ver o saludar a personalidades como Luciano Berio, Krzystof Penderecki, Rudolf Kelelborn,Mstislav Rostropovich (al que Halfiler entregó el concierto, homenaje a García Lorca, que le encargara el gran violonchelista y que, al parecer, escucharemos en el Festival de Granada, después del estreno mundial en la República Federal de Alemania), Hommel, director de los cursos de Darrnstadt, críticos enviados especiales de la Prensa suiza, alemana y francesa, directores musicales de las grandes emisoras de Alemania y el gran patrón de la música de nuestro siglo, Paul Sacher.

Dentro de poco se inaugurará en el Kunstrnuseum de Basilea una exposición en la que figurarán originales de partituras promovidas por Sacher. Allí estarán manuscritos originales de Strauss, Schoenberg, Bartok, Kodaly, Stravinski, Casella, Webern, Berg, Honegger, Milhaud, Hindemith, Krenek, Petrassi, Fortner, Britten, Lutoslawski, Dutilleux, Einem, Ginastera, Madrena, Ligeti, Boulez, Berio, Brown, Werner Henze y, como único español, Cristóbal Halffter, por citar sólo a nombres muy destacados. Paul Sacher, a sus 80 años, se mantiene vital y emprendedor y hay que anotar que jamás luce actitud de gran mecenas, con todo y ser uno de los más grandes que la creación musical haya tenido nunca. Vigilante y entusiasta, otro veterano almacenador de juventudes, Alfred Schlee, director de la Universal Edition, comprobaba una vez más cómo su viejo colega y amigo, Alfred Kalmus, ya desaparecido, no se equivocó al fichar a Cristóbal Halffter.

El Doble concierto enlaza con el estilo de la sinfonía concertante, que, triunfante en la segunda mitad del siglo XVIII (Haydn, HoIzbauer, Mozart, Juan Christian Bach, Dittersdorf, Gossec, Stamitz, Pleyel), renace en nuestro tiempo con las aportaciones de William Walton, en 1927; Karol Szimanowski, en 1932; Frank Martin, en 1946; Malcolm Williarnson, en 1961, o Serge Prokofiev, en 1952, por no incluir obras como el Doble concierto, de Werber Hense, de1966, en las que, como en la de Halfiler, se combina la Sinfonía concertante y el concierto doble o triple, que practicaron los románticos o se parte de la fórmula Concerto Grosso, como Martinu, en 1938 o antes, Ernesto Halffier, en su Sinfonietta, de 1925.

Dos movimientos

Cristóbal Halffier estructura su concierto en dos únicos y extensos movimientos, de una duracción total de unos 25 minutos. Si el primero -agitato- nos da la clave del virtuosismo sustancial, el segundo -innig, esto es, íntimo, cordial, entrañable- descubre lo más hondo del sentímiento, que en la realización se torna altamente expresivo, más aún, fascinante.Una orquesta de formato clásico, enriquecida por clave, celesta y muy ricas percusiones, alterna, obedece, anticipa o prolonga el flexible discurso del violín y la viola, tratados en muchas ocasiones como una unidad solística.

El compositor, dominador de la técnica y del lenguaje que ha hecho cosa natural, alejada de toda sugerencia planificativa, se adentra en el ánimo de la audiencia desde una suerte de personal expresionismo, tan maduro en su impulso lírico como en su fuerte construcción. Las dos solistas, Christiane Edinger y Tabea Zimmermann, hicieron primores, y que Halffter obtuvo de la espléndida orquesta basilense calidades esplendorosas. Las mismas con las que nos llegaron ese par de maravillas que son Ramificaciones y Apariciones (1969 y 1959, respectivamente), de Ligeti. Halffter es todo un maestro de la música actual europea; como tal está reconocido y es aplaudido. Su Doble concierto, encargo de Paul Sacher, se alza como nueva e irrefutable demostración.

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