Buena voluntad y mucho optimismo

La reforma agraria extremeña comenzó a gestarse en noviembre del pasado año con la constitución de una mesa en la que estaban representadas todas las fuerzas políticas y sociales de la región. El Gobierno autónomo pretendía así poder consensuar la reforma para que un futuro cambio en la orientación ideológica del poder no significara modificaciones en una ley tan importante.Después de sucesivas reunioneis, mantenidas de manera periódica, en las que se alcanzaron acuerdos en materia de orientación de los sectores productivos agrarios, el presidente del Gobierno autónomo disolvió la mesa después...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La reforma agraria extremeña comenzó a gestarse en noviembre del pasado año con la constitución de una mesa en la que estaban representadas todas las fuerzas políticas y sociales de la región. El Gobierno autónomo pretendía así poder consensuar la reforma para que un futuro cambio en la orientación ideológica del poder no significara modificaciones en una ley tan importante.Después de sucesivas reunioneis, mantenidas de manera periódica, en las que se alcanzaron acuerdos en materia de orientación de los sectores productivos agrarios, el presidente del Gobierno autónomo disolvió la mesa después de que el Partido Comunista la abandonara al considerar que era imposible prosperar.

Más información

La reacción de los componentes de la ya disuelta mesa para la reforma agraria ante el nuevo proyecto de ley de la dehesa fue ayer distinta según la orientación política de cada uno. No obstante, todos los componentes coindieron en afirmar que deberían haber sido consultadas antes de la elaboración del proyecto.

El PC se reitera en las afirmaciones que realizó cuando abandonó la mesa. "Esto que se aborda ahora", dijo el secretario general, Manuel Parejo, "sólo se puede calificar de reforma agraria con una infinita dosis de buena voluntad y mucho optimismo".

Archivado En