Crítica:MÚSICA CLÁSICA

Un atractivo e infrecuente programa

Dentro del ciclo de la Orquesta Nacional de España (ONE), esta semana hemos tenido una nueva orquesta invitada, la Filarmónica Checa con su titular Vaclav Neumann al frente, para abordar un programa infrecuente confeccionado a base de obras consideradas como menores dentro de la producción de sus autores, pero no por ello menos atractivas.Vaclav Hudecek interpretó el concierto para violín que Dvorak escribiese haciendo uso de temas folclóricos checos hasta crear una atmósfera típicamente nacionalista, mostrando en allegro y rondó unas amplias dotes virtuosísticas no del todo acompañadas...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Dentro del ciclo de la Orquesta Nacional de España (ONE), esta semana hemos tenido una nueva orquesta invitada, la Filarmónica Checa con su titular Vaclav Neumann al frente, para abordar un programa infrecuente confeccionado a base de obras consideradas como menores dentro de la producción de sus autores, pero no por ello menos atractivas.Vaclav Hudecek interpretó el concierto para violín que Dvorak escribiese haciendo uso de temas folclóricos checos hasta crear una atmósfera típicamente nacionalista, mostrando en allegro y rondó unas amplias dotes virtuosísticas no del todo acompañadas por un equiparable sentido del fraseo, lo que quedó más patente en el tema del andante y en el poético diálogo entre violín y trompa, donde hubiera debido permitir respirar más las frases aumentando su vuelo.

Orquesta Filarmónica de Checoslovaquia

Director V. Neumann. Obras de J. Anacek, Dvorak y Shostakovich. V. Hudecek, violín. Teatro Real. Madrid, 2 de noviembre.

La Sexta sinfonía de Shostakovich, escrita en tres movimientos y una de las más breves de su autor, llenó la segunda parte. Enmarcada en la polémica cuarta y la popular quinta, se queda a medio camino entre ambas, Aunque posea una perfecta construcción e incluso un equilibrio, presenta también una cierta indecisión estética. La agrupación checa brilló en esta segunda parte más que en la primera, denotando una homogeneidad en sus distintas familias, entre las que, por destacar alguna, podría citar el magnífico viento.

Vaclav Neumann acompañó en su mejor Nentido el concierto de Dviarak y dirigió con autoridad a Shostakovich, enfatizando el carácter galopante de la obra y no tanto la Marcada ironía, casi sarcasmo, del presto final, siendo justamente aplaudido por un público que agradeció el agradable y poco usual programa hasta obtener como propina una de las danzas de Dvorak.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En