Cartas al director

El aborto

Quisiera hacer una valoración personal del artículo de Ricardo Cedrón (Un riesgo penal para los médicos, 15-8-85). En principio, este señor no es un defensor de la ley orgánica del 5 de julio, que despenaliza el aborto en tres supuestos. Y esto porque hace una defensa de la clase médica, considerándola fuera de la legalidad prácticamente cuando se exponen a realizar un aborto, por lo que él considera como una ley cargada de vagos conceptos.Igualmente afirma que no existe la infraestructura adecuada para su realización. Yo creo que la ley es clara, aunque extremadamente restrictiv...

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Quisiera hacer una valoración personal del artículo de Ricardo Cedrón (Un riesgo penal para los médicos, 15-8-85). En principio, este señor no es un defensor de la ley orgánica del 5 de julio, que despenaliza el aborto en tres supuestos. Y esto porque hace una defensa de la clase médica, considerándola fuera de la legalidad prácticamente cuando se exponen a realizar un aborto, por lo que él considera como una ley cargada de vagos conceptos.Igualmente afirma que no existe la infraestructura adecuada para su realización. Yo creo que la ley es clara, aunque extremadamente restrictiva y nada parecida a la de países tan avanzados como EE UU y la URSS, por citar dos ejemplos. Si la ley aprobada hubiera sido lo amplia que es, en la mayoría de los países de Europa, estaría resuelto el problema. Por otro lado, si no es todo lo clara que el señor Cedrón expresa, pienso que por parte de las organizaciones médicas debería haber habido la colaboración precisa, si es que no la ha habido, para solventar este problema y no caer en el delito.

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En cuanto a la deficiente infraestructura, hay que decir que es el Gobierno el que debe proveer de lo necesario con la presión de los hombres, mujeres y colectivos, ya sean médicos o no, que estén a favor del aborto.

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Y para terminar, tengo que lamentar que la filosofía del citado artículo no está nada alejada de que las clases económicas más favorecidas sigan abortando en Londres, mientras que el resto de la población lo haga clandestinamente en España, con el consabido riesgo.- (Málaga).

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