Tribuna:TRIBUNA LIBRE

Fútbol y libertad de mercado, una reconsideración

Asistimos a una convulsión en el mundo del fútbol. El actual conflicto entre clubes y jugadores en torno al "derecho de retención" y la "cláusula de formación y promoción" se nos suele presentar como un enfrentamiento entre los partidarios de un viejo orden decadente aferrándose a caducos privilegios y los paladines de vientos e ideas nuevas que dejen la semilla de la libertad.Hay, sin embargo, ciertos detalles que saltan a la vista en un análisis más riguroso del tema. Sorprende, ya de entrada, que sea el sindicato de los futbolistas el defensor de la libertad de mercado y el ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Asistimos a una convulsión en el mundo del fútbol. El actual conflicto entre clubes y jugadores en torno al "derecho de retención" y la "cláusula de formación y promoción" se nos suele presentar como un enfrentamiento entre los partidarios de un viejo orden decadente aferrándose a caducos privilegios y los paladines de vientos e ideas nuevas que dejen la semilla de la libertad.Hay, sin embargo, ciertos detalles que saltan a la vista en un análisis más riguroso del tema. Sorprende, ya de entrada, que sea el sindicato de los futbolistas el defensor de la libertad de mercado y el laisser-faire en contra del criterio de la patronal, que aboga por ciertas medidas proteccionistas. ¿Han cambiado aquí lo! papeles sindicato y patronal? La respuesta sólo es posible después de un análisis serio de lo que se esconde detrás de esta polémica.

Todo comenzó con la sentencia del Tribunal Central de Trabajo aboliendo el derecho de retención. Las primeras reacciones hablaron de un triunfo de la justicia; "los jugadores, hasta ayer mercancías en manos de directivos que vendían, compraban, retenían y traspasaban futbolistas, son ya dueños de su destino profesional" (1).

El derecho de retención que los clubes poseían sobre sus jugadores les otorgaba la potestad de renovar el contrato de forma unilateral, aun en contra de la voluntad del futbolista. El período en el que el contrato podía ser forzosamente prorrogado era indefinido, si bien en los últimos tiempos se había limitado. Esta cláusula, junto con la posibilidad de vender jugadores, y cobrar por ello, existía exclusivamente dentro del deporte profesional, y no en otros mercados laborales.

Desde el punto de vista económico, el derecho de retención cumplía una serie de funciones importantes. En primer lugar, asegurar a los clubes el gasto ocasionado por la selección mediante la garantía de pertenencia al mismo. En segundo lugar, garantizar un mínimo de competencia entre los distintos equipos a través de una cierta reserva geográfica de jugadores, evitando la concentración de todas las figuras en los equipos con mayor poder adquisitivo. Por último, contribuir a disminuir las diferencias salariales dentro del sector, deprimiendo los ingresos de las grandes figuras.

Es de prever que la eliminación del derecho de retención modifique de forma sustancial, aunque con lentitud, los ingresos monetarios de los futbolistas. Estudios realizados en Estados Unidos demuestran que los salarios medios de los jugadores de béisbol subieron un 144% en los cuatro años siguientes a la supresión del derecho de retención, mientras que los de los jugadores de baloncesto y fútbol americano sólo lo hicieron en un 40% en el mismo período. Las grandes figuras, las más perjudicadas por la existencia de esta cláusula, fueron las que experimentaron un mayor crecimiento salarial con posterioridad a su supresión (2). Todo apunta a que ese fenómeno se repetirá en el caso español.

La cantera

Parece lógico pensar que se producirán además cambios importantes en el proceso de formación de los futbolistas si el mercado laboral de esta cualificación se liberaliza de forma sensible. En la jerga futbolística se denomina trabajar la cantera a aquella actividad por la que un club forma y selecciona de manera progresiva a jóvenes aspirantes a futbolistas, haciendo acopio en este proceso de toda la información posible sobre su calidad y progreso. El sistema consiste en una criba continua donde muchos empiezan pero sólo unos pocos llegan al primer equipo.

En esta actividad el club incurre, en un coste importante que a la larga se rentabiliza con el rendimiento económico de los jugadores que tienen éxito. Mediante el derecho de retención, el club tenía garantizada la permanencia del jugador y, en su caso, la posibilidad de venderlo a otro equipo. Sin él, no está asegurada la rentabilidad económica de una cantera, lo que debería originar una disminución de los fondos dedicados a la misma. Se puede esperar, por consiguiente, la de algunos equipos filiales y, en todo caso, la disminución del tamaño e importancia de las canteras, así como un aumento de los gastos propios del jugador en su formación. Este efecto no será inmediato en la medida en que los fuertes gastos en instalaciones se pueden considerar inmovilizados y, por tanto, se limitará a una caída de los gastos de mantenimiento. Aumentará la movilidad de los jugadores de un equipo a otro, en la medida en que han disminuido los costes fijos de empleo, acudiendo razonablemente al que más les pague. Los clubes con poder adquisitivo más elevado tenderán a acumular los mejores jugadores en mayor medida que ahora. La consecuencia bien puede ser una profundización de las diferencias entre los equipos grandes y pequeños.

Elevación del coste medio

Se elevará el coste medio de mantenimiento de la plantilla, si bien los costes fijos disminuirán. Estos últimos tienen un efecto asegurador del futbolista en el puesto de trabajo: es menos probable que se despida a un jugador en el que se ha invertido mucho dinero. Con la desaparición del derecho de retención, el jugador medio puede sentirse menos protegido del riesgo de desempleo. Como la vida profesional de un deportista es, en términos relativos, muy corta, la pérdida económica por estar sin trabajo durante un tiempo breve puede ser muy alta.

Por consiguiente, la abolición del derecho de retención tiene efectos económicos lesivos para los clubes de fútbol, efectos claramente favorables para los jugadores de primera fila, y unos efectos menos precisables para los demás jugadores.

No sorprende entonces que los clubes de fútbol intenten arbitrar medidas con efectos económicos similares al derecho de retención mientras que los jugadores, especialmente los mejores, se oponen a acuerdos entre los clubes que impiden que sus salarios suban de una forma muy considerable. Estos acuerdos entre equipos, si adoptan la forma de un mero pacto entre caballeros, serían poco estables y de corta duración, pues existe siempre el incentivo económico para que un equipo concreto los incumpla (3), salvo que alguna instancia superior tenga la capacidad de hacerlo cumplir, como por ejemplo la Liga de Fútbol Profesional, estableciendo fuertes sanciones, que podrían llegar a la expulsión de un equipo.

La Indemnización

La indemnización obligatoria por formación y promoción es una cláusula de efectos similares al derecho de retención en la medida en que protege el gasto de los clubes en sus canteras. Es previsible que, de ser llevada a la práctica, mantenga la retención, si no de derecho, al menos de hecho, aunque su efecto restrictivo sobre los salarios de los jugadores sea menor.

Las respuestas a la abolición del derecho de retención no pueden ignorarlas causas profundas que justifican en un mercado laboral de cualificaciones muy específicas la existencia de prácticas que intentan limitar la movilidad, pues ésta resulta muy costosa. Por otro lado, procedimientos similares existen en otros mercados laborales de características parecidas. En el fútbol, algunas veces, aparentes conflictos ideológicos en realidad esconden meros conflictos de intereses.

1. Editorial de EL PAIS, 15-4-1985. 2. Éste es un fenómeno muy conocido en la literatura económica, y aparece recogido en los manuales de economía laboral. Los datos citados, de D. Hammermesh y A. Rees, Economía del trabajo y los salarios. Alianza Editorial, Madrid, 1984, pág. 149. 3. Es lo que en teoría económica se denomina el problema del gorrón o del free rider. Juan Manuel Blanco Sánchez y Fernando Fernández Méndez de Andrés son profesores del Departamento de Economía de los Recursos Humanos de la Universidad Autónoma de Madrid.

Archivado En