Crítica:II FESTIVAL LLEGÓ LA SALSA

Sa-bro-so

La noche final del II Festival Llegó la salsa en Madrid, el pasado jueves, estuvo marcada por el movimiento continuo. La orquesta de Adalberto Álverez y su Son tomó por asalto el escenario y presentó un espectáculo que incluyó, además de la animación de sus integrantes, dos parejas de baile que agitaron no sólo sus cuerpos, sino que hicieron inevitable seguir su ejemplo desde el patio.Esta banda, integrada por 14 músicos, apareció en 1984, y al parecer desde un principio acertó en su oferta. Se trata básicamente de una orquesta con un repertorio de música bailable y con el propósito exp...

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La noche final del II Festival Llegó la salsa en Madrid, el pasado jueves, estuvo marcada por el movimiento continuo. La orquesta de Adalberto Álverez y su Son tomó por asalto el escenario y presentó un espectáculo que incluyó, además de la animación de sus integrantes, dos parejas de baile que agitaron no sólo sus cuerpos, sino que hicieron inevitable seguir su ejemplo desde el patio.Esta banda, integrada por 14 músicos, apareció en 1984, y al parecer desde un principio acertó en su oferta. Se trata básicamente de una orquesta con un repertorio de música bailable y con el propósito expreso de divertir a su público. La noche del jueves lo lograron con cerca de dos horas continuas de espectáculo variado. La participación del público era parte de este clima y los integrantes de la banda insistieron con frecuencia en hablar y requerir respuestas del público para continuar.

Las dos parejas de baile pusieron además una nota de color y ritmo inesperados. Trajes de fantasía, sonrisas blanquísimas sobre pieles morenas y acelarados movimientos de cintura, tuvieron repercusión entre las cerca, de 3.500 personas que llenaban el patio del Centro Cultural de Conde Duque El programa se extendía más de lo previsto, pero a nadie parecía importarle. La noche era joven, y faltaba el plato fuerte.

Cheo

La orquesta Un Poquito de Todo apareció hacia la medianoche con un tema para abrir fuego: Tu cerebro. Tras las presentaciones de rigor de cada uno de los músicos llegó lo esperado, la aparición de Cheo Feliciano. El cantante puertorriqueño ofreció un variado repertorio de ritmos que incluía pachangas, cha-cha-chás, guajiras y boleros. Para él la salsa es la combinación de todos estos ritmos. Recordó algunos de los éxitos en sus 28 años de vida artística. A pesar de sufrir cierto problema de afonía, logró superarlo y cantar durante casi dos horas.

Cheo Feliciano realizó el recuento que habían hecho antes varios de los participantes en este festival de salsa organizado por el Ministerio de Cultura. Como quien pasa lista, enumeró una a una las naciones latinoamericanas requiriendo la respuesta del público, pero respuestas que él dictaba. "¿Cómo la están pasando?", decía. Repuesta obligatoria: sa-bro-so. Cada dos temas pedía esta respuesta y la recibía de un público que parecía estar pasando unos momentos extraordinarios. La repetición de las frases y los ritmos reiterativos de la música actualian como un conjuro, alegrando la magia de la noche.

Como homenaje a los 50 años de la muerte de Carlos Gardel, Feliciano interpretó El día que me quieras. En el recorrido que hizo posteriormente a lo más selecto de su repertorio incluyó la pachanga A caballo, la guajira El ratón, y los ya clásicos temas Anacaona, Amada mía y, hacia el final, Trizas. Cantante predominantemente romántico, Cheo Feliciano decidió la noche del jueves que la reunión necesitaba tanto del sentimiento como de la emoción exaltada y condimentó su repertorio con mucho movimiento.

Fue en conjunto una noche con mucha fuerza. Se respiraba un aire contagioso de alegría y animación. Parcial fin de fiesta de un programa que convocó cada noche a un público ansioso de escuchar a algunos de sus ídolos. La fiesta madrileña de la salsa se despidió hasta el próximo año, presumiblemente, pero continúa hasta el día 14 por toda España.

Gran cantidad de gente se quedó diariamente a las puertes del centro Conde Duque sin poder entrar. Ojalá el año que viene el local que se escoja para este festival pueda tener la capacidad adecuada a las expectativas que viene despertando esta cita anual con la música latina en España.

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