Dinamos, una frágil ciudad para la cultura

Un grupo de jóvenes la construye en una playa gallega

Si los trámites administrativos no lo impiden, la zona de Playa América, entre las localidades pontevedresas de Bayona, Patos y Panxón, contará con una insólita ciudad construida con cientos de tubos metálicos. La pequeña ciudad veraniega albergará una gran nave dedicada a actividades lúdicas, artísticas y culturales. Se trata de la ciudad de Dinamos, cuya puesta en funcionamiento está prevista para mediados de este mes y que está construida en una explanada de 5.000 metros cuadrados.

Los veraneantes de la zona de Playa América se han llevado este año una sorpresa al llegar a la playa y...

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Si los trámites administrativos no lo impiden, la zona de Playa América, entre las localidades pontevedresas de Bayona, Patos y Panxón, contará con una insólita ciudad construida con cientos de tubos metálicos. La pequeña ciudad veraniega albergará una gran nave dedicada a actividades lúdicas, artísticas y culturales. Se trata de la ciudad de Dinamos, cuya puesta en funcionamiento está prevista para mediados de este mes y que está construida en una explanada de 5.000 metros cuadrados.

Los veraneantes de la zona de Playa América se han llevado este año una sorpresa al llegar a la playa y ver cómo, al lado de la misma, un enorme esqueleto a base de tubos metálicos se alza en contraste con la ilógica ausencia de monumentos o arte en la propia arena.Dinamos, como así han designado a esta futura miniciudad, es obra de un grupo de jóvenes imbuidos por la idea de crear algo distinto: Fernando Mañas, cerebro de la idea; Manuel F. Alonso, arquitecto; Carlos Fernández Ameal, estudiante de sexto de arquitectura y Juan Francisco Mañas y José Antonio Penedo, economistas, han trabajado en el proyecto durante tres años. Sus autores consideran que Dinamos es para ellos "un hijo en pleno crecimiento, pero que crece anteponiéndose a sus propios padres".

Dinamos podría estar funcionando ya, pero los trámites burocráticos han impedido en algunos momentos el desarrollo de la construcción. Los cinco kilómetros cuadrados de superficie alojarán "necesidades festivo-lúdicas, comerciales, de ocio y de participación de los visitantes en numerosas actividades, como ciclos de charlas al amanecer, infusiones de helados exóticos, arqueología megalítica, proyecciones audiovisuales, teatro y una edición del diario Dinamo Press, sin descartar conciertos de jazz y rock, alternando con exposiciones de cerámica, degustaciones de pescado ultrafresco y la participación de los comerciantes de la zona de valle Miñor, que tradicionalmente poseen una particular manera de vender sus productos químicos".

Alcalde de calidad

El tinglado tubular está formado en su interior por una serie de pasillos situados en dos niveles. En la misma estructura irán encajados un grupo de contenedores que cumplirán una función a modo de tiendas. La miniciudad tendrá en el exterior un parque infantil y un solarium; y en su interior, una bien llamada "plaza del pueblo", que estará arropada por una inmensa carpa traslúcida de 1.000 metros cuadrados. Esta carpa será visible de noche desde varios kilómetros a la redonda, y servirá durante la suave nocturnidad del verano gallego como sala de fiestas y discoteca.

El proyecto, ambicioso en cuanto al aspecto cultural, incluye el nombramiento como alcalde de Enrique Tierno Galván, alcalde socialista de Madrid, que sería el máximo mandatario con todos sus atributos durante los 78 días de duración de la ciudad tubular, y no se descarta que acudiese a la inauguración, prevista para mediados de este mes.

Los padres y realizadores de la insólita idea cultural han manifestado que "la creación de al menos 40 puestos de trabajo está más que asegurada". Es más, retan a quien esté interesado en ello, cuando menos a participar con ideas, para demostrar que en Galicia también hay gente que sabe hacer cosas al mismo tiempo razonables e insólitas.

Por otra parte, los hosteleros de la zona ven en esta obra una magnífica posibilidad de publicidad gratuita para el turismo y la hostelería en las costas gallegas y, en consecuencia, apoyan la idea, aunque existen algunos sectores que se manifiestan contrarios a ella. Estos sectores se han movido para tratar de impedir a toda costa la realización del proyecto.

Hace unos pocos días la comandancia de Marina de Bayona, visitó las obras con una orden de paralización y los organizadores han presentado una reclamación por su forzosa inactividad de trabajo durante varios días.

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