El argumento francés

Los franceses sostienen un importante razonamiento: existe una conexión directa entre el comercio internacional y el cambio de cotizaciones monetarias. Resulta difícil hablar de uno sin tener en cuenta el otro. Pero esto no es en absoluto un argumento para tratar de reformar el sistema monetario mundial, como propone el Gobierno francés.En la cumbre de Bonn, el presidente Reagan insistió en la celebración el año que viene de una conferencia comercial mundial, en la que comenzara otra ronda del desmantelamiento del conjunto de las leyes nacionales que restringen el comercio. Es una buena...

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Los franceses sostienen un importante razonamiento: existe una conexión directa entre el comercio internacional y el cambio de cotizaciones monetarias. Resulta difícil hablar de uno sin tener en cuenta el otro. Pero esto no es en absoluto un argumento para tratar de reformar el sistema monetario mundial, como propone el Gobierno francés.En la cumbre de Bonn, el presidente Reagan insistió en la celebración el año que viene de una conferencia comercial mundial, en la que comenzara otra ronda del desmantelamiento del conjunto de las leyes nacionales que restringen el comercio. Es una buena idea. El incremento del comercio a través de las fronteras de cada país ha contribuido de modo constante al crecimiento económico desde la II Guerra Mundial, y este tipo de conferencias son periódicamente necesarias para que el proceso siga su curso. Como respuesta, el presidente de Francia, François Mitterrand, dijo que quería una conferencia monetaria "en el mismo proceso" para unir las monedas europeas, japonesa y estadounidejase en un conjunto más estrecho.

Estados Unidos apoya ambas conferencias, pero se opone a cualquier unión formal entre ellas. La razón es que el verdadero progreso es posible en conjunto en el tema comercial, pero probablemente no lo sea en el de los cambios de cotización. (...)

El hecho de que el dólar norteamericano esté peligrosamente sobrevaluado tiene poco que ver con la estructura del sistema monetario. Las causas se remontan a los enormes déficit presupuestarios de Estados Unidos.

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Pero hay un modo de lograr cambios de moneda más estables, y dicha estabilidad beneficiaría a todos los países comerciales del mundo. Si los Gobiernos son capaces de aprender a coordinar sus políticas económicas, y éste es el propósito de encuentros como el de Bonn, los cambios de cotización se consolidarán dentro de un modelo más fácil y más seguro. (...)

Una más estrecha cooperación exigiría que los norteamericanos redujeran sus déficit presupuestarios y que los europeos hicieran subir sus tasas de crecimiento. Los cambios estables son el resultado de una buena política, no un sustituto de ella.

5 de abril

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