Cartas al director

El término 'Països Catalans'

El señor José Escrivá, en una carta publicada en esta misma sección, se queja amargamente de que algunos valencianos, algunos catalanes y algunos baleares, utilicemos el término Països Catalans para denominar de manera global a nuestra etnia. Para rechazar tal término se basa en la no-castellanidad de Asturias, Extremadura, Aragón, Murcia, etcétera, a pesar de hablar la misma lengua, dice él.Sólo quisiera recordar al señor Escrivá que tales tierras no necesitan utilizar el término Países Castellarios para identificarse como mierribros de una misma colectividad. Ellos disponen del términ...

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El señor José Escrivá, en una carta publicada en esta misma sección, se queja amargamente de que algunos valencianos, algunos catalanes y algunos baleares, utilicemos el término Països Catalans para denominar de manera global a nuestra etnia. Para rechazar tal término se basa en la no-castellanidad de Asturias, Extremadura, Aragón, Murcia, etcétera, a pesar de hablar la misma lengua, dice él.Sólo quisiera recordar al señor Escrivá que tales tierras no necesitan utilizar el término Países Castellarios para identificarse como mierribros de una misma colectividad. Ellos disponen del término España para denominar gobalmente su etnia y del término español para designar su idioma, aunque no tienen ningún problema en utilizar el término castellano, por razones históricas. Nosotros no podemos llamar español a nuestro idioma ni España a nuestra colectividad, puesto que parte de ella se halla bajo dominio francés.

Lo importante señor Escrivá no es el término que se usa para designar algo, sino lo que hay detrás de ese término. Los problemas que a usted le plantea tal término son tan absurdos como los que se le podrían platear a un habitante de la provincia de Castellón. Imagínese que empezáramos a discutir sobre la legitimidad del términos País Valenciano en Castellón, que no pertenece a la provincia de Valencia. Por tanto, el problema no está en asumir un nombre u otro, sino en la asunción de lo que hay detrás de ese nombre, sea cual fuere ése. El asumir que se forma parte de una colectividad tal o cual, depende sólo de la voluntad de cada pueblo, en el aspecto político y de los hechos en sí en el aspecto cultural.

En definitiva, nosotros podríamos decidir formar parte de la misma unidad política que otras etnias, como la castellana, porque así nos conviniere a todos. El tomar esa u otra decisión es el derecho permanente e inagotable de autodeterminación de todos los pueblos, un derecho del pueblo que, habitualmente, suele ser sustituido por el derecho de los tanques.-

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