Hassan II preside hoy por vez primera la oración del viernes en El Aaiún

El rey Hassan II de Marruecos dirige hoy la oración del viernes en la mezquita de El Aaiún. Por vez primera en la historia de Marruecos, un rey, o un sultán, realiza en territorio sahariano ese gesto, que simboliza el poder temporal y religioso sobre sus fieles. Con 10 años de retraso sobre su prometida visita a la capital del Sáhara, encomendarse a Alá parece lo más adecuado en un conflicto para el que resulta humanamente imposible imaginar una solución de compromiso.Este largo recorrido del monarca marroquí por lo que él denomina "mis territorios saharianos" constituye la reafirmación más s...

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El rey Hassan II de Marruecos dirige hoy la oración del viernes en la mezquita de El Aaiún. Por vez primera en la historia de Marruecos, un rey, o un sultán, realiza en territorio sahariano ese gesto, que simboliza el poder temporal y religioso sobre sus fieles. Con 10 años de retraso sobre su prometida visita a la capital del Sáhara, encomendarse a Alá parece lo más adecuado en un conflicto para el que resulta humanamente imposible imaginar una solución de compromiso.Este largo recorrido del monarca marroquí por lo que él denomina "mis territorios saharianos" constituye la reafirmación más solemne de que Marruecos considera definitivamente anexionado el territorio, y de que Hassan descarta todas las otras acciones que la comunidad internacional considera aún imprescindibles para la inserción definitiva de un territorio antiguamente colonizado.

Mientras los marroquíes se dan por satisfechos con la unanimidad que suscita entre ellos la marroquidad del Sáhara, Argelia considera el viaje del monarca a El Aaiún como una provocación. Túnez, desairada por Argelia porque no invitó a la cumbre magrebí a la República Saharaui, renunció oficialmente a sus proyectos de reunir, en plan reconciliatorio, a los cinco jefes de Estado del Magreb.

La ciudad de El Aaiún que visita el rey no tiene nada que ver con la capital del antiguo Sáhara occidental español. El Gobierno marroquí ha invertido allí por habitante mucho más que en otras regiones y ha tenido que soportar las críticas veladas de los norteños, que se consideran olvidados.

Un aeropuerto internacional para medio millón de pasajeros anuales, una piscina olímpica donde no hay afición a la natación y un estadio de fútbol con capacidad para 35.000 personas en una ciudad de 70.000 habitantes son algunos signos suntuarios junto a otras obras realmente útiles, como hospitales, viviendas, escuelas y centros para sedentarizar a los nómadas arrojados por la guerra.

Antes de llegar a El Aaiún, Hassan II se detuvo en Tah, puesto fronterizo que separaba el antiguo territorio del Sáhara español del territorio marroquí, donde cortó una cinta simbólica y besó tierra sahariana, según informa la agencia Efe.

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