ACTIVOS FINANCIEROS

Unas rebajas poco deseables

Las emisiones a medio plazo registran un significativo descenso de sus tipos de interés

Este año no se presenta excesivamente favorable para los inversores. Bien es cierto que la renta variable ofrece un perfil claramente alcista y que todos los expertos consideran que las ganancias están aseguradas a lo largo del primer trimestre. Pero muchos ahorradores tienen cierta prevención por este mercado, máxime cuando algunos operadores se muestran pesimistas respecto al desarrollo de la bolsa en la segunda mitad del año y defienden que el índice general de Madrid llegará a finales de año con una ganancia no superior al 15%.Pero las tradicionales ofertas de activos financieros no son mu...

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Este año no se presenta excesivamente favorable para los inversores. Bien es cierto que la renta variable ofrece un perfil claramente alcista y que todos los expertos consideran que las ganancias están aseguradas a lo largo del primer trimestre. Pero muchos ahorradores tienen cierta prevención por este mercado, máxime cuando algunos operadores se muestran pesimistas respecto al desarrollo de la bolsa en la segunda mitad del año y defienden que el índice general de Madrid llegará a finales de año con una ganancia no superior al 15%.Pero las tradicionales ofertas de activos financieros no son muy abundantes en estos momentos. El fenómeno reside en el notable grado de liquidez de las empresas, que no favorece la realización de nuevas emisiones para captar dinero. Muy al contrario, ahora suelen ser las propias empresas emisoras las que buscan dónde colocar sus puntas de tesorería.

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Y para muestra, un botón. Pagarés de Seat, que en el pasado mes de noviembre estaban retribuyéndose al 15%, son ahora difíciles de conseguir al 14,75%, aunque lo más usual es tener que contentarse con el 14,50%. Otro tanto puede decirse de uno de los más activos emisores de los últimos meses, Renfe, que está limitando la adquisición de títulos a las sociedades mediadoras, al tiempo que ha rebajado su tipo de interés del 13,25% al 12,80%.

Pagaréis, pero menos

Puede decirse que las emisiones a medio plazo, en torno a tres años, que pueden encontrarse en el mercado secundario difícilmente superan el 14%, aunque lo más habitual es que se sitúen cerca del 13,50%, con una pérdida de rentabilidad que oscila entre 0,70 y un punto respecto a pocos meses atrás.

Un retroceso similar puede apreciarse en otro tipo de emisiones, como cédulas hipotecarias, e incluso obligaciones industriales a más largo plazo, aunque estas últimas, por su dilatada amortización, tradicionalmente cuentan con unos tipos más bajos.

La oferta bancaria, por su parte, se viene apoyando principalmente en los pagarés, que no ofrecen más allá de un 11,5% o 12% si el ahorrador pelea bien esta cifra y si dispone de unos cinco o seis millones de pesetas para colocar. En caso contrario, no alcanzará nada más que un 10,5%. Otro tipo de colocaciones como los certificados de depósito o los depósitos a plazo parecen haber perdido sus posibilidades de competencia, ya que raramente superan el 9,5% de rentabilidad, aunque tampoco falten entidades en las que ésta no llega al 8% anual.

Los asesores de patrimonios, por estas razones, continúan recomendando a los típicos inversores "del millón de pesetas" que adquieran pagarés del Tesoro a 18 meses. La última subasta de estos títulos realizada por el Banco de España el jueves pasado demostró que los tipos de interés a corto plazo permanecen estables por el momento. Los pagarés a año y medio terminaron con un interés medio del 12,39%, mientras que los emitidos a un año se establecieron en el 11,95%.

El leve repunte de 80 centésimas respecto a la subasta anterior tampoco debe interpretarse como una tendencia al alza, ya que en este caso concreto han influido más las presiones de la banca, para no ver recortadas sus cuentas de resultados, que los propios deseos bajistas de la autoridad monetaria.

La competencia pública

Precisamente hace pocos días que Raimundo Ortega, director general del Tesoro y de Política Financiera, se lamentaba de la pérdida de competitividad que este año van a sufrir los títulos públicos en comparación con las emisiones privadas. Pero aún es pronto, quizá, para saber cuáles serán las líneas generales de las futuras emisiones públicas.

Ya se ha anunciado la próxima emisión de 80.000 millones de pesetas en obligaciones del Estado, que se situaron al 15,25% en el último trimestre de 1984. Los analistas consideran que ahora podrían situarse en torno al 14%. Un significativo recorte, si llega a confirmarse, ya que este tipo de obligaciones viene a ser una especie de barómetro para las emisiones privadas a medio plazo.

Los expertos, en todo caso, aconsejan tomar una decisión inversora cuanto antes, ya que parece que nada puede parar cada día que pase el descenso de los tipos de interés y, por consiguiente, de la retribución.

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