Una famifia completamente normal
Los padres de Juan Manuel Chaves querían que éste estudiara. Son, según todos sus conocidos, una familia completamente normal, de buena gente, que trataba de sacar adelante a sus hijos y a su negocio, una tienda de deportes en la que también se venden artículos de caza, deporte este que cuenta con muchos aficionados en Ubrique.La tienda sufrió hace dos meses un incendio del que, según testimonios de personas próximas a la familia, el niño pudo sentirse culpable, porque había dejado conectada una grabadora de metales, lo que se especuló que pudiera ser causa del incendio. El padre tenía un segu...
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Los padres de Juan Manuel Chaves querían que éste estudiara. Son, según todos sus conocidos, una familia completamente normal, de buena gente, que trataba de sacar adelante a sus hijos y a su negocio, una tienda de deportes en la que también se venden artículos de caza, deporte este que cuenta con muchos aficionados en Ubrique.La tienda sufrió hace dos meses un incendio del que, según testimonios de personas próximas a la familia, el niño pudo sentirse culpable, porque había dejado conectada una grabadora de metales, lo que se especuló que pudiera ser causa del incendio. El padre tenía un seguro muy bajo y perdió mucho dinero con la desgracia. No obstante, se descarta que el niño fuera castigado por esto o por sus malas notas.
José Luis López, concejal de Educación del Ayuntamiento, comenta que el reforzamiento de la vida escolar ha sido una de las principales preocupaciones del Ayuntamiento en los últimos años. Desde que se creó un instituto han ido siendo progresivamente más los niños que completan la EGB y que incluso comienzan el BUP. "Los profesores y directores de los colegios también han hecho un gran esfuerzo y las cosas han cambiado. Ahora alcanzamos los índices medios de finalización de EGB".
Él también está contra las notas: "Quizá no haya más remedio que introducirlas en algún momento de la vida escolar, pero los 12 años es demasiado pronto". Pero tampoco es capaz de aventurar que fueran los suspensos lo que moviera al niño a su tremenda determinación.
En Ubrique no son escasos los suicidios. "Safirnos a uno por año", comenta José Luis López. Tampoco las escopetas de caza, de las que existen 3.000 en el pueblo, para terror de los ecologistas que tratan de defender las especies de la sierra. Ni los suspensos: de los 37 compañeros de curso de Juan Manuel, sólo siete aprobaron todas las asignaturas en esta primera evaluación. En la noche del 7 de enero todos estos espectros pesaron sobre el ánimo del pequeño Juan Manuel. Y la luna llena.
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