Asesinado en Irún un empresario vasco-francés al que tres revistas relacionaron con los GAL

Un empresario vasco-francés, Joseph Couchot, fue asesinado ayer por tres encapuchados, integrantes, presumiblemente, de un comando de ETA Militar, que le dispararon seis tiros a bocajarro cuando comía en un restaurante del barrio de Bebovia en Irún (Guipúzcoa). Couchot, de 49 años y natural de Biarritz, mantenía relaciones con los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL) según informaciones de tres revistas. Ayer mismo una de ellas, Punto y Hora, publicaba una carta de la víctima en la que responsabilizaba al director de la misma de lo que pudiera ocurrirle. Por otra parte, una voz anónima e...

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Un empresario vasco-francés, Joseph Couchot, fue asesinado ayer por tres encapuchados, integrantes, presumiblemente, de un comando de ETA Militar, que le dispararon seis tiros a bocajarro cuando comía en un restaurante del barrio de Bebovia en Irún (Guipúzcoa). Couchot, de 49 años y natural de Biarritz, mantenía relaciones con los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL) según informaciones de tres revistas. Ayer mismo una de ellas, Punto y Hora, publicaba una carta de la víctima en la que responsabilizaba al director de la misma de lo que pudiera ocurrirle. Por otra parte, una voz anónima en nombre de los GAL negó, en llamada telefónica a los medios de información vascos, la pertenencia de Couchot a dicha organización.

Tres individuos encapuchados, entre ellos una mujer, penetraron en el bar-restaurante Eguzkia a las 13.45 horas y dispararon seis tiros de pistola contra Joséph Couchot, que comía en una mesa próxima a la puerta. Couchot cayó desplomado al suelo y allí fue rematado con un disparo en la cabeza.Los tres encapuchados huyeron en un Seat Ronda blanco, matrícula SS-5206-S, en el que les esperaba al volante otra persona. El vehículo había sido sustraído a punta de pistola poco antes en Rentería. Hacia las tres de la tarde el coche fue encontrado en la calle Arrasate, de la misma localidad. Su propietario, Antonio Lustres, apareció en el maletero del vehículo.

Joseph Couchot residía en Fuenterrabía desde hace meses y estaba reclamado por la justicia francesa como presunto autor de un delito de contrabando. Su nombre fue asociado por primera vez a los GAL en un reportaje publicado el pasado 3 de septiembre por el semanario Tiempo. En el mismo se indicaba que Couchot había refugiado en su casa de Fuenterrabía al industrial Victor Manuel Navascués, a quien la policía buscaba en aquellas fechas por presunta complicidad en el asesinato del trabajador de Hendaya, Jean Pierre Leiva.

Se recogían también declaraciones de Daniel Fernández Azeña, presunto miembro del GAL actualmente en prisión, en las que atribuía a Navascués la dirección del comando que asesinó a Leiva el pasado 1 de marzo en Hendaya. Se insinuaba también en el mencionado reportaje que Couchot mantenía relaciones con Jean Philippe Labade, detenido como presunto miembro de los GAL.

Meses después de la publicación de este reportaje, Víctor Manuel Navascués se personó en un juzgado y fue puesto en libertad bajo fianza.

El semanario vasco-francés Enbata y la revista Punto y hora de Euskalherría, se hicieron eco de estas y otras situaciones contra Joseph Couchot. En el número de Punto y hora que fue puesto ayer a la venta incluye un escrito de réplica del, propio Joseph Couchot, en el que el empresario francés niega conocer a alguna de las personas, presuntas activistas del GAL con las que se le relaciona. Couchet responsabiliza al director de la publicación de "cuanto pueda ocurrir a mis cercanos, mis negocios y a mi persona como consecuencia del artículo antes citado".

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