Agitación en la india tras el asesinato de Indira Gandhi

Las ceremonias fúnebres por la desaparecida primera ministra india facilitarán mañana un encuentro entre Tijonov y Shultz

Filas nutridas por decenas de millares de personas que se golpeaban en el pecho, susurraban himnos religiosos o Doraban en silencio, desfilaron ayer ante el cadáver de Indira Gandhi, asesinada el miércoles en Nueva Delhi por dos miembros sijs de su escolta. Dignatarios políticos de los cinco continentes asistirán mañana a las exequias en Nueva Delhi donde el cadáver de la estadista será incinerado. Las ceremonias propiciarán un eventual encuentro entre el jefe del Gobierno de la URSS, Nikohd Tijonov y el secretario de Estado norteamericano, George Shultz.

El cuerpo de Indira Gandhi yací...

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Filas nutridas por decenas de millares de personas que se golpeaban en el pecho, susurraban himnos religiosos o Doraban en silencio, desfilaron ayer ante el cadáver de Indira Gandhi, asesinada el miércoles en Nueva Delhi por dos miembros sijs de su escolta. Dignatarios políticos de los cinco continentes asistirán mañana a las exequias en Nueva Delhi donde el cadáver de la estadista será incinerado. Las ceremonias propiciarán un eventual encuentro entre el jefe del Gobierno de la URSS, Nikohd Tijonov y el secretario de Estado norteamericano, George Shultz.

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El cuerpo de Indira Gandhi yacía, con un gesto dolorido y manso dibujado sobre el rostro, envuelto en la bandera naranja, blanca y verde de la Unión India, sobre un ataúd de madera de sándalo oculto bajo centenares de flores en una estrecha sala del palacio de su padre, Jawaharlal Nehru. En medio de un silencio conmovedor, roto por los sollozos de los que acudieron a ver a Indira Gandhi por última vez, el temor a un estallido salvaje de violencia sectaria, que ya ha explotado en numerosos Estados indios, flotaba sobre la sala mortuoria.En los alrededores del palacio de Teen Murti, que fue la residencia del padre de Indira, el primer líder de la India independiente, 400.000 personas esperaban, entre apretones, su turno para desfilar ante el cadáver, cuyo nombre evocaban deseándole, paradójicamente, larga vida.

El ataúd que contiene el cadáver de Indira Gandhi, sobre un armón de artillería, había sido trasladado, a primera hora de ayer, hacia el Teen Murti, desde la residencia de la primera ministra asesinada, un edificio instalado en un recinto con jardín frondoso, distante kilómetro y medio del lugar donde, hace cuatro años, su hijo predilecto, Sanjay, murió a consecuencia de un accidente aéreo.

La estadista acababa precisamente de pasear por aquellos jardines, donde conoció la muerte de su llorado Sanjay, cuando recibió los siete disparos en el vientre y en el pecho que causaron su muerte en la soleada y otoñal mañana del pasado miércoles.

Durante el traslado estaban presentes junto al cadáver de Indira Gandhi su hijo, el ex piloto de Air India Rajiv, designado el miércoles nuevo primer ministro; la esposa de éste, Sonia Maino, de origen italiano, y dos nietos de cortaedad de la difunta. Asimismo se hallaba presente el presidente y jefe del Estado indio, Giani Zail Singh, cuyo turbante blanco, propio de los de su secta, los sijs, concentraba todas las miradas.

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El asesinato de Indira Gandhi se atribuye a dos de sus escoltas, miembros de la comunidad sij y presumiblemente envueltos en una conjura orientada a vengar el allanamiento, el pasado 6 de junio, por el Ejército y la policía indios, del Templo Dorado de Amritsar, en el Estado de Punjab, centro religioso de los seguidores de esta religión sincrética entre el hinduismo y el islamismo, que cuenta con cerca de 13 millones de seguidores en los Estados norteños de la Unión India.

Centenares de operarios comenzaron entretanto, en el este de Nueva Delhi, a levantar el túmulo sobre el que será incinerado el cadáver de Indira Gandhi, siguiendo los ritos del hinduismo. El paraje elegido para la incineración de la primera ministra se denomina el Bosque de la Paz, a orillas del río Yamuna, el mismo lugar donde hace 20 años fuera incinerado su padre, Jawaliarlal Nehru. El Yamuna, adonde irán a parar las cenizas incineradas de Indira, en su confluencia con el Gariges, enSin embargo, algunos funcionarios indios señalaron que el Bosque de la Paz puede presentar problemas serios para alojar durante las ceremonias a las decenas de dignatarios políticos de todo el mundo y a las decenas de miles de ciudadanos de la India que desean presenciar la ceremonia religiosa.

Personalidades de todo el mando

En la capital de la India son esperados en las próximas horas el secretario general de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar; el presidente del Consejo de Ministros de la Unión Soviética, Nikolai Tijonov, y el secretario de Estado norteamericano, George Shultz; de los países vecinos de la India, llegarán el viceprimer ministro chino, Yao Yilin; el presidente de Pakistán, general Zia Ul Haq, y el presidente de Bangladesh, Hosein Mohamed Ersad.

La princesa Ana, hija de la reina Isabel de Inglaterra, representará a su madre, cabeza de la Commonwealth, comunidad de 49 países anglófonos a la que pertenece la India. La princesa Ana, que pertenece a una asociación internacional de defensa de la infancia, se hallaba en la India cuando ocurrió el asesinato de Indira Gandhi y ayer se entrevistó con el alto comisario británico en la Unión India. También estarán presentes la jefa del Gobierno británico, Margaret Thatcher, y el líder de la oposición laborista, Neil Kinnock.

François Mitterrand, jefe del Estado francés, representará a su país en las exequias, a las que asistirá también la reina Beatriz de Holanda, el jefe del Gobierno italiano, Bettino Craxi, el primer ministro portugués, Mario Soares, y el primer ministro japonés Nakasone y su ministro de Asutos Exteriores, Abe, así como Andreas Papandreu, jefe del gobierno griego, y su colega español, Felipe González.

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