Nueva técnica para tratar la pancreatitis crónica

El método se experimenta en el hospital La Fe, de Valencia

Una nueva técnica para tratar la pancreatitis crónica recurrente se está aplicando en el hospital La Fe, de Valencia, por el equipo del cirujano Francisco Revert, con unos buenos resultados en los 11 casos aplicados, según conclusiones del equipo médico. La investigación se inició en 1969, paralelamente a la entrada en funcionamiento de la moderna infraestructura sanitaria de La Fe. Pero, hasta adquirir unas cotas de garantías, el equipo de cirujanos no ha querido divulgar la técnica."La pancreatitis crónica recurrente es una enfermedad que se localiza en la parte exocrina del pancreas y puede...

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Una nueva técnica para tratar la pancreatitis crónica recurrente se está aplicando en el hospital La Fe, de Valencia, por el equipo del cirujano Francisco Revert, con unos buenos resultados en los 11 casos aplicados, según conclusiones del equipo médico. La investigación se inició en 1969, paralelamente a la entrada en funcionamiento de la moderna infraestructura sanitaria de La Fe. Pero, hasta adquirir unas cotas de garantías, el equipo de cirujanos no ha querido divulgar la técnica."La pancreatitis crónica recurrente es una enfermedad que se localiza en la parte exocrina del pancreas y puede ser provocada por varios agentes, entre los que hay que destacar el alcohol", afirma Francisco Revert, después de subrayar que la glándula pancreática cumple la doble función de segregar jugos pancreáticos (función exocrina) y el papel secretor de insulina (función endocrina). La destrucción de la parte endocrina origina normalmente una diabetes.

"Pues bien", asegura este cirujano del hospital La Fe, "este tratamiento especial suprime la glándula enferma exocrina y al mismo tiempo respeta la función endocrina para evitar la diabetes. Esta intervención que realizamos permite llegar a una calidad de vida francamente buena al curar el dolor".

La realización de esta técnica rompe algunos dogmas tradicionales, de la cirugía norteamericana sobre todo. El doctor Revert y su equipo separan el páncreas y el duodeno, sin riesgo de que éste quede sin circulación sanguínea Por otro lado, consiguen obstruir los conductos internos pancreáticos mediante una fístula en vez de la tradicional ligadura. "Esta intervención se ha ido simplificando en los 11 casos realizados", asegura el doctor Revert. "Se puede aplicar en cualquier clínica, en cualquier hospital, porque no requiere medios sofisticados".

"Algunas escuelas americanas", amplía, "extirpan toda la glándula y mediante complicadas manipulaciones recogen la glándula endocrina y la reimplantan en el hígado o en el bazo, logrando recoger una media del 5% de la glándula endocrina, que supone destruir el 95% restante. Nuestra técnica, por el contrario, lo deja todo en su sitio y al ciento por ciento".

Aguda y recurrente

La pancreatitis aguda, y también recurrente porque cíclicamente presenta períodos de dolor y relajación, aparece inicialmente en forma de brotes aislados, y en fase posterior el dolor es permanente y sólo se le puede disminuir con calmantes enérgicos que suelen llevar a la drogadicción.La persistencia del dolor lleva a algunos enfermos al intento de suicidio. En el historial clínico de los casos seguidos por el equipo del doctor Revert se guardan documentos personales, como una carta enviada por un enfermo después de un primer tratamiento. Los términos empleados para describir su angustia anterior eran los siguientes: "En esta negrura de tormenta del cerebro y el corazón ausente. En este pensar como remedio unos raíles, la ventana de un salto o una cuerda".

El primer enfermo fue intervenido en diciembre de 1979 y el último en julio de este año. Sus edades oscilan entre los 31 y 63 años. Durante la intervención no se ha registrado ninguna mortalidad. En el posoperatorio se ha producido un caso de muerte, pero, al parecer, a causa de la bronquitis crónica que arrastraba el paciente. Hubo otro caso que falleció nueve meses después de la operación, de cáncer. También otro paciente falleció por enfermedad hepática.

Los resultados de esta experiencia ya se han publicado en revistas especializadas de aparato digestivo, y ahora se quieren divulgar para animar a pacientes y médicos a su aplicación.

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