El Gobierno español, preocupado por las "nulas facilidades" soviéticas en el caso del submarino

El Gobierno español mostró ayer al soviético "su más profunda preocupación" por las "nulas facilidades dadas" por la Marina mercante de la URSS para que se pudiesen evaluar los posibles efectos del accidente sufrido por el submarino nuclear Viktor, que el pasado 19 de septiembre colisionó en el estrecho de Gibraltar con el mercante de la misma nacionalidad Bratsvo, fuera de las aguas jurisdiccionales de España.

Una nota verbal, entregada ayer en el Ministerio de Asuntos Exteriores al encargado de negocios de la URSS, por ausencia del embajador, zanja este incidente, que dio lugar a dive...

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El Gobierno español mostró ayer al soviético "su más profunda preocupación" por las "nulas facilidades dadas" por la Marina mercante de la URSS para que se pudiesen evaluar los posibles efectos del accidente sufrido por el submarino nuclear Viktor, que el pasado 19 de septiembre colisionó en el estrecho de Gibraltar con el mercante de la misma nacionalidad Bratsvo, fuera de las aguas jurisdiccionales de España.

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Una nota verbal, entregada ayer en el Ministerio de Asuntos Exteriores al encargado de negocios de la URSS, por ausencia del embajador, zanja este incidente, que dio lugar a diversas manifestaciones de alarma de fuentes militares, las cuales informaron oficiosamente la semana pasada que el submarino había colisionado con el Brastvo en el estrecho de Gibraltar, cuando navegaba bajo él para ocultarse de los sistemas de detección que tres países de la OTAN -España entre ellos- poseen en la zona. Estas mismas fuentes habían dicho que el submarino procedía del Atlántico, en donde, cerca de las islas Canarias, habría hecho, según agregaron, pruebas de lanzamiento de misiles nucleares sin carga.Una nota hecha pública ayer por la mañana por la Oficina de Información Diplomática (OID) aclaraba que el V¡ktor "procedía del interior del Mediterráneo" y colisionó con el Bratstvo cuando se dirigía al estrecho de Gibraltar, "fuera de aguas territoriales españolas, en un punto al este del cabo Negro, en la costa de Marruecos". El choque, según la OID, se produjo durante "una maniobra de superficie con visibilidad escasa". La nota añade que el submarino efectuó sus reparaciones, entre los días 23 y 26 de septiembre, en un puerto norteafricano cuyo nombre no se cita, pero que al parecer es el de Hammamet (Túnez).

No cabía protesta

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Según el relato de la Oficina de Información Diplomática, acabadas las reparaciones el Viktor regresó al Estrecho y lo cruzó hacia el Atlántico el 30 de septiembre, "navegando en superficie y escoltado por una fragata soviética de la clase Krivak y por el petrolero Gori". Fue seguido "por varias unidades de la Armada española". "La fragata soviética", prosigue la OID, "arbolaba en el palo el pabellón nacional español al lado de la bandera de la Armada soviética, práctica tradicional en las marinas mercantes, pero no en las de guerra, lo que significa un reconocimiento ante las unidades españolas de encontrarse navegando por aguas jurisdiccionales de nuestro país".

El Gobierno español, afirma la nota, no podía permanecer "indiferente a los riesgos de un accidente en el que está envuelto un submarino nuclear", ocurrido cerca de las costas españolas, y aunque "no cabía protesta" por no tratarse de aguas jurisdiccionales españolas, explica la OID, el Ministerio de Asuntos Exteriores expresó en nota verbal "su más profunda precupación por las nulas facilidades dadas por el capitán del Bratstvo para que las autoridades españolas pudieran presentarse en el punto del accidente con el objeto de estimar, y conjurar, en su caso, los graves peligros que éste podía suponer para la seguridad de las aguas y costas españolas".

"La actitud del Bratstvo", añade, puede considerarse "un acto inamistoso". La embajada soviética "debe entender", concluía la nota verbal, "que un país como España, desnuclearizado por una decisión de su Parlamento, contemple como un acto de extrema gravedad el paso de buques nucleares por las inmediaciones del estrecho de Gibraltar y de las aguas territoriales españolas".

La levedad del incidente ha evitado que se cumplieran las previsiones hechas por el ministro de Exteriores, Fernando Morán, tras entrevistarse en Estocolmo el pasado 19 de enero con su homólogo soviético, Andrei Gromiko: "Creo", dijo en aquella ocasión Morán, "que si mañana aparecen dos submarinos soviéticos en el estrecho de Gibraltar podría llamar por teléfono a Gromiko y pedirle explicaciones, lo que antes no se podía hacer".

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