RELIGIÓN

Presentación, tras siete años de trabajo, del misal vasco

El meza liburúa (misal vasco), que cuenta entre sus peculiaridades con la inclusión de los santos del País Vasco, así como de numerosas melodías de esta zona, fue presentado ayer en la capital navarra por el arzobispo de la diócesis de Pamplona, José María Cirarda. Este texto tendrá carácter oficial para las sedes eclesiásticas de Bayona, Bilbao, San Sebastián, Vitoria y Pamplona a partir del próximo 2 de diciembre.Durante siete años, más de 30 lingüistas, biblistas y expertos en vascuence de todas las diócesis vascas han trabajado en la elaboración de este misal vasco que es una...

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El meza liburúa (misal vasco), que cuenta entre sus peculiaridades con la inclusión de los santos del País Vasco, así como de numerosas melodías de esta zona, fue presentado ayer en la capital navarra por el arzobispo de la diócesis de Pamplona, José María Cirarda. Este texto tendrá carácter oficial para las sedes eclesiásticas de Bayona, Bilbao, San Sebastián, Vitoria y Pamplona a partir del próximo 2 de diciembre.Durante siete años, más de 30 lingüistas, biblistas y expertos en vascuence de todas las diócesis vascas han trabajado en la elaboración de este misal vasco que es una traducción del original latino, renovado por el Concilio Vaticano II y promulgado por Pablo VI en 1975.

Según se señaló en el acto de presentación de esta obra, el texto es el más completo y mejor realizado de todos los que han existido a lo largo de la historia de la Iglesia: por el número y calidad de los especialistas que han intervenido en su preparación, por los materiales de primerísima mano a los que han tenido acceso, y por la criteriología litúrgica y pastoral empleada.

Con el misal vasco se obtiene, a juicio de los redactores del mismo, una mejora objetiva muy sensible en cuanto a la calidad de la celebración de la Eucaristía: no sólo por la utilización de la lengua vernácula sino también por la renovación de los textos y por la clarificación de las distintas partes de que consta la misa.

Su valor eclesial estriba, en opinión de sus traductores, en que es un libro de la Iglesia universal, idéntico en cuanto al contenido en todas las Iglesias del mundo, y se convierte así en instrumento que establece la unión entre la Iglesia local y la universal.

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