SANIDAD

Insultos del presidente del Colegio de Médicos de Sevilla a los responsables del Ministerio

La campaña contra el anteproyecto de ley general de Sanidad promovida desde la cúpula de la Organización Médica Colegial (OMC) alcanzó uno de sus puntos más virulentos el pasado miércoles, día 26, en Oviedo, durante una concentración de médicos, a la que asistieron, entre otros, los presidentes de los colegios de Sevilla, León y Oviedo, y en la que se sucedieron insultos y descalificaciones al Gobierno. El presidente del Colegio de Médicos de Sevilla, Rafael Barroso, llamó "pandilla de capullos" y "mentirosos" a los responsables del Ministerio de Sanidad.

La campaña de los colegios cont...

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La campaña contra el anteproyecto de ley general de Sanidad promovida desde la cúpula de la Organización Médica Colegial (OMC) alcanzó uno de sus puntos más virulentos el pasado miércoles, día 26, en Oviedo, durante una concentración de médicos, a la que asistieron, entre otros, los presidentes de los colegios de Sevilla, León y Oviedo, y en la que se sucedieron insultos y descalificaciones al Gobierno. El presidente del Colegio de Médicos de Sevilla, Rafael Barroso, llamó "pandilla de capullos" y "mentirosos" a los responsables del Ministerio de Sanidad.

La campaña de los colegios contra la ley de Sanidad continúa, a pesar de que ha sido aplazada por Ramiro Rivera, presidente de la Organización Médica Colegial, la concentración de médicos de toda España prevista para mañana, sábado, en Madrid. Este acto estaba considerado como el principal de la campaña y el de mayor fuerza coactiva frente al ministerio, ya que en principio la OMC pensaba congregar a más de 20.000 médicos, aunque las últimas cifras que se barajaban no superaban los 2.000.El aplazamiento de esta concentración se produjo tras la primera entrevista que mantuvieron Ramiro Rivera y el ministro de Sanidad, Ernest Lluch, para negociar algunos aspectos del anteproyecto de la ley general de Sanidad. La segunda reunión a alto nivel, que estaba prevista para el próximo domingo, ha sido aplazada hasta el lunes, debido a la celebración de un Consejo de Ministros extraordinario el mismo domingo, en el que se aprobarán los Presupuestos. La respuesta a la campaña de protesta contra la ley de Sanidad promovida desde la OMC ha tenido un impacto desigual.

En medio de este clima, los presidentes de los colegios de médicos de Sevilla, León y Oviedo hicieron una descalificación global del proyecto de ley general de Sanidad en el transcurso de un acto celebrado el miércoles por la noche en Oviedo, al que asistieron unos 600 facultativos, informa Miguel Somovilla. Gran parte de las intervenciones estuvieron cargadas de insultos, especialmente la de Rafael Barroso, presidente del colegio de Sevilla, quien llamó "pandilla de capullos" y "mentirosos" a los responsables del Ministerio de Sanidad.

Juan Manuel Junceda Avelló, presidente del Colegio de Médicos de Asturias -un colectivo de casi 3.000 médicos- y candidato de las listas de Alianza Popular en Asturias, fue el orador más moderado en el tono y el más correcto en la forma. Aun así, rechazó frontalmente la reforma sanitaria prevista por el Gobierno socialista. El doctor Valdés Hevia, del colegio de Asturias, provocó los primeros aplausos cuando dijo que los socialistas quieren utilizar con los médicos "el rectoscopio, y no lo vamos a consentir".

Tras el discurso crítico, pero moderado en su tono, del presidente del colegio de Asturias, Juan Manuel Junceda, intervino el presidente del colegio de Sevilla, Rafael Barroso, quien, después de recordar que "en Asturias nació España" e indicar que el ministerio "está practicando con los médicos deportes sexuales contra natura", llamó "resentido genético" al director del Insalud en la capital hispalense, "pues, después de declararse toda la vida trotskista, marxista y ateo, resulta que se apellida San José".

Rafael Barroso no sólo acusó a Ernest Lluch de practicar el "nepotismo político sanitario" -por "colocar en los altos cargos a inútiles que no distinguen el cúbito del radio, pero que llegan con el carné del partido en la boca"-, sino que también cuestionó la validez de las negociaciones -precisamente se había informado de que la entrevista de Ernest Lluch y Ramiro Rivera era sólo un diálogo, sin resultados definitivos-, porque "en la dictadura sanitaria predomina el totalitarismo y los 10 millones de votos, que es lo que nos sacan a relucir cuando no nos convencen", afirmó.

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