El alza de la gasolina en un 50%, detonante del paro de hoy en la República Dominicana

Una huelga general de 24 horas ha sido convocada hoy en la República Dominicana para protestar contra un alza del 50% en el precio de los combustibles, decretada el pasado viernes por el presidente Salvador Jorge Blanco. En contra de lo que se temía, no se registraron desórdenes durante el fin de semana, pese a que se encuentran detenidos los líderes de los cinco sindicatos convocantes del paro.

Hace dos semanas, el presidente había anunciado ya la inminente subida de la gasolina para poner en práctica un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). La decisión estaba tomada de h...

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Una huelga general de 24 horas ha sido convocada hoy en la República Dominicana para protestar contra un alza del 50% en el precio de los combustibles, decretada el pasado viernes por el presidente Salvador Jorge Blanco. En contra de lo que se temía, no se registraron desórdenes durante el fin de semana, pese a que se encuentran detenidos los líderes de los cinco sindicatos convocantes del paro.

Hace dos semanas, el presidente había anunciado ya la inminente subida de la gasolina para poner en práctica un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). La decisión estaba tomada de hecho desde hace cuatro meses, aunque su ejecución se fue retrasando por temor a que se repitieran los desórdenes de abril, cuando el alza en cadena de varios artículos básicos degeneró en una revuelta silenciada a tiros por el ejército, con un saldo de 54 muertos, al menos 100 heridos de bala y más de 5.000 detenidos.También en estos días se ha hecho oír la voz de los militares. El ministro de Defensa, teniente general Manuel Antonio Cuervo, denunció días atrás un supuesto plan desestabilizador de la izquierda, "en contubernio con ciertos elementos de posición acomodada" para provocar desórdenes al amparo del descontento popular que provoca la crisis económica. El jefe militar advirtió de antemano que no tolerará alteraciones de la paz pública.

La subida de la gasolina en un 50% es el último episodio de una escalada general de precios que tiene su origen en la devaluación de la moneda. Hasta comienzos de año se mantuvo para las importaciones una paridad ficticia del peso, equiparando su valor al dólar. En la práctica, el Estado subvencionaba las compras al exterior, y muy especialmente a la industria norteamericana que surte de manufacturas a este país.

El FMI obligó a poner fin a este disparate económico, y a cambio avaló las negociaciones con la banca privada para refinanciar una deuda de 560 millones de dólares y se comprometió a conceder en tres años nuevos créditos por 460 millones, de los que ya desembolsó 240 durante el pasado año.

La partida correspondiente a 1984 está retenida porque el Gobierno dominicano no ha cumplido cabalmente su compromisos de liberar el mercado de cambio. A finales de abril pasó al mercado paralelo de divisas todas las importaciones, pero mantuvo un cambio preferencial para la factura petrolera por temor a que la agitación social desbordara al sistema.

Los productos de importación que costaban un peso pasaron a valer automáticamente en tomo a 2,75, que es la nueva paridad del dolar. Fruto de esta devaluación fue la subida generalizada de medicinas y alimentos básicos como el arroz, la leche, los huevos, la mantequilla, el chocolate, el café y el aceite.

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Algunos economistas creen que el presidente trató de anticipar los efectos del alza de los combustibles, que acaba de decretar, para minimizar el impacto futuro del nuevo precio de los derivados del petróleo.

Blanco, entre dos fuegos

El Gobierno socialdemócrata de Salvador Jorge Blanco se encuentra sometido a dos fuegos. Si se alinea con el FMI arriesga su estabilidad política, y si rompe los acuerdos ya suscritos tiene que declararse en bancarrota. Por el momento parece haber optado por la calle del medio. El dólar petrolero pasa a cotizarse a 1,50 pesos, pero todo el mundo sabe que a medio plazo tendrá que deslizarse hasta alcanzar el valor del mercado.El propio presidente ha asumido la gravedad del momento al proponer un gran pacto nacional entre el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), que está en el Gobierno, y el Partido Reformista (PR), de oposición. Para apoyar su propuesta citó convenios similares firmados en épocas de crisis por los partidos venezolanos (Punto Fijo, 1958) y colombianos (Sitges, 1957).

El ex presidente Joaquín Balaguer, que a sus 75 años es el líder indiscutible del PR, propuso, esta alianza para buscar soluciones comunes a "una situación extremadamente difícil". Salvador Jorge Blanco recogió el guante y dijo estar de acuerdo en que los dos partidos mayoritarios negocien una plataforma electoral común para las elecciones de 1986. Pero los líderes intermedios, que aspiran a tener su propia oportunidad presidencial, se muestran reacios.

El partido gubernamental está dividido entre los seguidores del presidente y los del senador Jacabo Majluta, que pretende encabezar la candidatura de su partido en los próximos comicios.

Todos los políticos consultados califican negativamente la gestión de Jorge Blanco durante estos dos años. Majluta dice que no ha habido "ningún resultado positivo en lo económico y sólo algún punto favorable en lo político. El desempleo aumentó violentamente y la inflación también".

Balaguer considera que no se ha cumplido el propósito de sanear la economía. Admite que el Gobierno trató de mantener un adecuado nivel de libertades públicas, "pero hay muchos defectos que deben ser corregidos". Concluye que "la situación empeorará".

El ex presidente Juan Bosch que ha censurado el empleo del ejército para sofocar los desórdenes de abril, opina que los dos últimos años fueron "muy malos" para el país, y "cuando la situación económica es tan deplorable, el orden político se deteriora rápidamente".

Algunos conservadores entienden que la crisis de la República Dominicana es la crisis global de un modelo establecido por Washington en 1964 con la intervención de los marines: bipartidismo fuerte, tutelado por los militares, y economía agroexportadora con una ilimitada industria ligera dependiente de Estados Unidos.

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