Los papeles del 'Belgrano'

The Times( ... ) La fuerza operativa británica estaba en el Atlántico sur. Habían empezado las principales hostilidades: la aviación del Reino Unido había atacado el aeródromo de Port Stanley; la de Argentina, a los buques de guerra británicos. La flota argentina estaba en el mar. A pesar de sus precisas maniobras, suponía una amenaza para la seguridad de la fuerza operativa. Se logró un contacto submarino con los dos barcos principales, el Veinticinco de Mayo y el Belgrano. La relación con el primero se perdió. El segundo fue hundido, con una considerable pérdida de vidas...

The Times( ... ) La fuerza operativa británica estaba en el Atlántico sur. Habían empezado las principales hostilidades: la aviación del Reino Unido había atacado el aeródromo de Port Stanley; la de Argentina, a los buques de guerra británicos. La flota argentina estaba en el mar. A pesar de sus precisas maniobras, suponía una amenaza para la seguridad de la fuerza operativa. Se logró un contacto submarino con los dos barcos principales, el Veinticinco de Mayo y el Belgrano. La relación con el primero se perdió. El segundo fue hundido, con una considerable pérdida de vidas humanas; un desastre de la guerra, que debe aceptarse a la vez que lamentarse profundamente. La acción militar logró como objetivo estratégico el que en adelante la flota enemiga permaneciese atracada.Lo que ha disparado el asunto ha sido la acusación de que el ataque al Belgrano fue ordenado por el gabinete de guerra para hacer fracasar una iniciativa de paz propuesta entonces por Perú. Ni lo que ahora se sabe acerca del contexto en el que dicho gabinete tomó tal decisión, ni sobre la iniciativa peruana, ni acerca de la relación existente entre estos dos asuntos independientes, confieren mucho peso a esta acusación. Tampoco las filtraciones ofrecen una mayor consistencia. La principal novedad: que el cambio producido el 2 de mayo en las normas de actuación no era cuestión concreta del Conqueror y el Belgrano, sino que incluía a todos los buques de guerra argentinos de una extensa área, confirma más bien la afirmación de que el motivo imperante estaba encaminado a salvaguardar la seguridad de la fuerza operativa británica. ( ... )

El secreto obsesivo sobre un controvertido pasado dará problemas a la máquina gubernamental en vez de ahorrárselos. La información, que debe ser pública, sobre la destrucción del Belgrano y los acontecimientos simultáneos ha sido distribuida en fragmentos, muchos de los cuales ni siquiera cuadran juntos. El ser reacio a la claridad sin una buena razón aparente solamente alimenta la sospecha de que hay algo que ocultar. ( ... )

23 de agosto