Bromeando...

El problema no es que al presidente Reagan le agrade gastar bromas, lo que normalmente es un rasgo atractivo, sino la elección de temas.Cuando el último fin de semana hizo la prueba de rigor ante el micrófono de la radio, dijo: "Americanos, me complace anunciaros que acabo de firmar un decreto declarando para siempre a Rusia fuera de la ley; el bombardeo empezará en cinco minutos". La destrucción nuclear no es algo que la mayoría de la gente conciba como tema apropiado de deportes veraniegos. ( ... )

Mientras tanto, aunque el presidente desea sin duda que se le tome en serio en cuanto a...

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El problema no es que al presidente Reagan le agrade gastar bromas, lo que normalmente es un rasgo atractivo, sino la elección de temas.Cuando el último fin de semana hizo la prueba de rigor ante el micrófono de la radio, dijo: "Americanos, me complace anunciaros que acabo de firmar un decreto declarando para siempre a Rusia fuera de la ley; el bombardeo empezará en cinco minutos". La destrucción nuclear no es algo que la mayoría de la gente conciba como tema apropiado de deportes veraniegos. ( ... )

Mientras tanto, aunque el presidente desea sin duda que se le tome en serio en cuanto a la subida de impuestos en 1985, está poniéndolo difícil. Hace una semana dijo: "No tenemos planes ni autorizaré planes para una subida de impuestos". Entonces, el vicepresidente Bush afirmó que el presidente dejaba abiertas las opciones sobre los impuestos. Al domingo siguiente, Reagan admitió que la subida de impuestos para el próximo año era realmente posible: "El presidente de Estados Unidos no debe decir nunca jamás, pero para mí la subida de impuestos siempre ha sido un último recurso".

Todos estamos a favor de un presidente al que le guste bromear, pero la muerte y los impuestos son precisamente los peores temas para hacer bromas desde la suprema cátedra, considerando, sobre todo, las demás posibilidades con las que Reagan puede divertirse la próxima vez que se entusiasme por la radio.

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Por ejemplo, el vicepresidente puede decir: "Americanos, la semana que viene le voy pedir en Dallas a Fidel Castro que se presente conmigo a las elecciones", o puede argüír sobre la Conferencia de Población de la semana pasada en México: "Mi política se revela tan rotundamente ignorante e insensible que no sé lo que pasa y quiero pedir disculpas al mundo subdesarrollado".

O puede afrontar la discriminación sexual: "Estamos adelantando tanto al tándem Mondale-Ferraro entre las mujeres con voto", puede decir, "que voy a darles mi receta de los pasteles de arándano". Mucho más feliz, en nuestra opinión, que las bromas sobre la guerra nuclear.

, 14 de agosto

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