Científicos de EE UU avanzan en la creación de una vacuna contra el paludismo

Científicos estadounidenses han conseguido superar uno de los mayores obstáculos para fabricar una vacuna contra el paludismo, una enfermedad transmitida por mosquitos que afecta anualmente a unos 200 millones de personas. Solamente en África, la enfermedad produce cerca de un millón de muertes al año. La Agencia Internacional para el Desarrollo (AID), del Gobierno de Estados Unidos, que ha participado en la financiación de la investigación, anunció que ha conseguido aislar y reproducir, gracias a la ingeniería genética, una proteína del paludismo que alerta al sistema inmunológico para combat...

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Científicos estadounidenses han conseguido superar uno de los mayores obstáculos para fabricar una vacuna contra el paludismo, una enfermedad transmitida por mosquitos que afecta anualmente a unos 200 millones de personas. Solamente en África, la enfermedad produce cerca de un millón de muertes al año. La Agencia Internacional para el Desarrollo (AID), del Gobierno de Estados Unidos, que ha participado en la financiación de la investigación, anunció que ha conseguido aislar y reproducir, gracias a la ingeniería genética, una proteína del paludismo que alerta al sistema inmunológico para combatir las formas más peligrosas de la enfermedad.El equipo de investigadores de la universidad de Nueva York formado por el matrimonio Victor y Ruth Nussenzweig consiguieron la vacuna tomando cantidades microscópicas de la proteína de las glándulas salivares del mosquito que transmite, la enfermedad y las reprodujeron genéticamente en el laboratorio.

Este descubrimiento, en el que han participado otros dos equipos de investigadores, abre la posibilidad de que en un plazo de 12 a 18 meses se consiga fabricar una vacuna que esté a disposición de todo el mundo en el plazo de cinco años. Dos de los equipos realizaron sus investigaciones en el Instituto Nacional para el Estudio de la Alergia y las Enfermedades Infecciosas, en Bethesda, Estado de Maryland. El tercero trabajó en la facultad de Medicina de la universidad de Nueva York.

El descubrimiento se produce en unos años en que crece el paludismo en el mundo, y según cifras de la Organización Mundial de la Salud, los casos se han duplicado en los últimos 10 años.

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