Los repúblicanos aceptan el desafío demócrata

Ronald Reagan intentó frenar en su conferencia de prensa del martes los ataques del candidato demócrata, Walter Mondale, quien parece preparar una contienda basada en esgrimir los peligros que esperan a los norteamericanos si reeligen para otros cuatro años al tándem Reagan-Bush. Peligros que para los demócratas consisten en la subida de impuestos, el deterioro económico, el riesgo de guerra en Centroamérica y la confrontación nuclear con los soviéticos.Como alternativa de gobierno, los demócratas prometen un equipo formado por el ex vicepresidente Walter Mondale y la congresista Geraldine Fer...

Ronald Reagan intentó frenar en su conferencia de prensa del martes los ataques del candidato demócrata, Walter Mondale, quien parece preparar una contienda basada en esgrimir los peligros que esperan a los norteamericanos si reeligen para otros cuatro años al tándem Reagan-Bush. Peligros que para los demócratas consisten en la subida de impuestos, el deterioro económico, el riesgo de guerra en Centroamérica y la confrontación nuclear con los soviéticos.Como alternativa de gobierno, los demócratas prometen un equipo formado por el ex vicepresidente Walter Mondale y la congresista Geraldine Ferraro. Como programa, un anuncio de nuevas políficas sociales, reducción del déficit público, negociación en Centroamérica y diálogo con la Unión Soviétical todo ello de acuerdo con el plan aprobado por la Convención Nacional Demócrata.

Entre los dos planteamientos, republicano y demócrata -o, si se prefiere, entre conservadores y liberales-, deberán escoger los estadounidenses el próximo 6 de noviembre. De momento, la disputa electoral,sigue su curso con sondeos de opinión y con la búsqueda por ambas partes del margen de electorado que puede dar la continuidad a Ronald Reagan o la presidencia a Walter Mondale. Desde la Casa Blanca, el presidente defiende sus opiniones conservadoras, tanto en economía como en política exterior, mientras inicia críticas contra Mondale y Ferraro, considerados de demasiado liberales, en una campaña donde los ataques y contraataques prometen ser duros.