Los escapes de la central británica de Sellafield han multiplicado los casos de leucemia en la zona

El Gobierno británico se verá obligado a reconocer la relación entre los escapes de la planta nuclear de Sellafield y el incremento de casos de leucemia en la zona de Cumbria, como consecuencia de un informe preparado por un grupo de expertos presididos por el titular de la Asociación de Médicos Británicos, sir Douglas Black.

Hace aproximadamente un año, la televisión privada británica emitió un informe en el que médicos y expertos expresaban sus temores de que la planta nuclear de Sellafield, a poco más de un kilómetro del pueblo de Seascale, fuera la responsable de una existencia ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El Gobierno británico se verá obligado a reconocer la relación entre los escapes de la planta nuclear de Sellafield y el incremento de casos de leucemia en la zona de Cumbria, como consecuencia de un informe preparado por un grupo de expertos presididos por el titular de la Asociación de Médicos Británicos, sir Douglas Black.

Hace aproximadamente un año, la televisión privada británica emitió un informe en el que médicos y expertos expresaban sus temores de que la planta nuclear de Sellafield, a poco más de un kilómetro del pueblo de Seascale, fuera la responsable de una existencia anormal de casos de cáncer entre niños menores de 10 años.Los directivos de la planta nuclear, que ha sido escenario de varios escapes radiactivos calificados oficialmente de inocuos para la salud de los habitantes de la zona, negaron cualquier responsabilidad y señalaron que no existía una relación probada entre ambos hechos. Sin embargo, el Gobierno, a través del departamento de Sanidad, decidió llevar a cabo una encuesta independiente que analizara los datos facilitados por la televisión.

El informe no ha sido hecho público todavía, pero el diario The Guardian adelantó ayer sus líneas maestras. Sir Douglas Black y sus colegas estiman que existen suficientes evidencias "a primera vista" como para reclamar un estudio exhaustivo. El grupo de expertos cree que el departamento de Sanidad debe organizar inmediatamente una encuesta masiva en la zona, a fin de detectar todos los casos de cáncer y de leucemia ocurridos en los últimos 25 años.

Las primeras investigaciones de Black confirman prácticamente la denuncia del programa de televisión, en el sentido de que los casos de leucemia son 10 veces más numerosos en Cumbria que en el resto del país. En concreto, parece probado que los jóvenes comprendidos entre los 15 y los 24 años nacidos y criados en Seascale tienen nueve veces más probabilidades de padecer cáncer que sus compatriotas nacidos en zonas más alejadas de la planta nuclear. La tasa de mortalidad en el área es seis veces superior a la media nacional.

"La diferencia es significativa desde un punto de vista estadístico", señala el comité de expertos. "Entre 1968 y 1978 el distrito registra la segunda influencia más alta del país en casos de leucemia".

El informe señala que está científicamente comprobado que los niveles de radiación en el área de Sellafield son más altos que la media del país, debido a descargas contaminadas en el mar y en el aire. Hasta ahora, añade, se ha creído que el aumento de radiactividad no era preocupante, porque el índice seguía manteniéndose lo suficientemente bajo como para no producir una mayor existencia de cáncer en los humanos.

Los médicos afirman que está probada la relación entre radiaciones y leucemia, y estiman que los niveles registrados en la zona pueden haber aumentado significativamente el riesgo.

El comité propone que se realice una investigación que incluya el control médico de todas las personas nacidas en el área desde 1950. Como primera medida, informa The Guardian, todas las familias de la zona deberán contestar un cuestionario explicando cuánto tiempo han pasado sus hijos en las playas cercanas a la planta nuclear y cuánto pescado capturado en la zona han comido.

La organización ecologista Greenpeace ha denunciado repetidamente en los últimos años niveles de radiactividad anormales. El escape más reciente se registró el año pasado, y el Gobierno no fue informado hasta después que los ecologistas lanzaran la voz de alarma.

Archivado En