La normalidad vuelve a Beirut al retirarse de las calles los familiares de desaparecidos

A la espera de que el Gobierno de Unión Nacional libanés tome hoy, en Consejo de Ministros, una decisión que ponga fin a su tragedia, los familiares de los desaparecidos durante la guerra civil de Líbano aceptaron ayer retirarse de las calles de Beirut, en las que los automovilistas pudieron, por fin, circular sin dificultades, mientras el puerto y el aeropuerto reanudaban paulatinamente su actividad.

Desde finales de la semana pasada, miles de miembros cristianos, pero, sobre todo, musulmanes, del Comité de Padres de Detenidos-Desaparecidos bloquearon los cruces entre los dos sectores ...

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A la espera de que el Gobierno de Unión Nacional libanés tome hoy, en Consejo de Ministros, una decisión que ponga fin a su tragedia, los familiares de los desaparecidos durante la guerra civil de Líbano aceptaron ayer retirarse de las calles de Beirut, en las que los automovilistas pudieron, por fin, circular sin dificultades, mientras el puerto y el aeropuerto reanudaban paulatinamente su actividad.

Desde finales de la semana pasada, miles de miembros cristianos, pero, sobre todo, musulmanes, del Comité de Padres de Detenidos-Desaparecidos bloquearon los cruces entre los dos sectores de la castigada capital libanesa y obstaculizaron el tráfico en sus carreteras.Estas mismas personas se esforzaron el pasado lunes en impedir la reapertura del único aeropuerto civil de Líbano hasta que fuesen liberados los 2.500 rehenes censados en manos de las diversas milicias.

Pero un largo encuentro con el presidente, el cristiano Amin Gemayel, quien les prometió que el Gabinete de Unión Nacional recientemente creado se ocuparía prioritariamente de su problema, y la enérgica intervención del movimiento chiita Amal, cuyo jefe, Nabih Berri, ahora ministro, denunció la "violencia" y las "agresiones" perpetradas incluso contra militares en nombre de "una causa justa", acabaron convenciendo a los familiares de los desaparecidos de que les convenía deponer su actitud.La milicia de Amal demostró así que era capaz de controlar la situación en Beirut Oeste, donde desde el partido comunista hasta los miembros del grupo proiraní Hezbollah (Partido de Dios) intentaron aprovechar la reivindicación del comité para entorpecer la aplicación del plan de pacificación de la ciudad, patrocinado por el régimen sirio y aprobado por un Gobierno integrado por los representantes de las principales facciones confesionales.Algunas madres irreductibles quisieron aún ayer de madrugada impedir la circulación tumbándose en la calzada del llamado paso del Musea, en la línea de separación entre los dos sectores de la ciudad.Acusaciones al Gobierno

No obstante, la mayoría de los padres de secuestrados se congregaron pacíficamente en Dar el Fatwa -administración del patrimonio religioso musulmán-, donde uno de sus portavoces acusó a algunos miembros del Gobierno, que son también jefes de milicias, de "retener a los cautivos" y amenazó con echarse de nuevo a la calle si no eran puestos en libertad los que aún estaban con vida.

Beirut rompió ayer su aislamiento al estar nuevamente conectada por avión con Europa y Oriente Próximo, y quedó parcialmente reunificada, al ser abiertos, por primera vez desde febrero, cuatro de los ocho cruces que enlazan sus barrios cristianos y musulmanes.

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No obstante, en el sector Oeste (de predominio musulmán) son soldados creyentes en Alá, de la Sexta Brigada, los que mandan abrir los maleteros a los automovilistas, mientras en el Este (de mayoría cristiana) son militares católicos o greco-ortodoxos pertenecientes a la Quinta Brigada los que piden a los conductores su documentación.

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