La policía española espió en Panamá a los 'etarras' confinados actualmente en Cuba
Los seis dirigentes de la organización terrorista ETA confinados que actualmente están en Cuba -tres de ellos pertenecientes a la rama Militar y otros tres de la Político-militar- fueron espiados por funcionarios de la policía española durante su estancia en Panamá, país donde permanecieron desde el pasado 11 de enero hasta el 1 de mayo, según informaron fuentes policiales.De acuerdo con las mencionadas fuentes, funcionarios de policía pertenecientes a la Comisaría General de Información, que está dirigida actualmente por Jesús Martínez, estuvieron vigilando los movimientos y contactos que rea...
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Los seis dirigentes de la organización terrorista ETA confinados que actualmente están en Cuba -tres de ellos pertenecientes a la rama Militar y otros tres de la Político-militar- fueron espiados por funcionarios de la policía española durante su estancia en Panamá, país donde permanecieron desde el pasado 11 de enero hasta el 1 de mayo, según informaron fuentes policiales.De acuerdo con las mencionadas fuentes, funcionarios de policía pertenecientes a la Comisaría General de Información, que está dirigida actualmente por Jesús Martínez, estuvieron vigilando los movimientos y contactos que realizaron los seis dirigentes etarras expulsados de Francia durante su estancia en Panamá. Incluso, esos funcionarios policiales llegaron a grabar en vídeo imágenes de las actividades que desarrollaban los miembros de ETA deportados por Francia.
Los dirigentes de ETA espiados por la policía española son Carlos Irbarguren Aguirre, José Ansola Larrañaga, Jesús Abrisketa Korta, José Antonio Múgica Arregui, José Antonio Larretxea Goñi y José Miguel Arrugaeta Sanemeterio.
En la playa
Desde el pasado mes de enero, en que fueran deportados del sur de Francia a Panamá, los seis dirigentes etarras vivieron, algunos de ellos acompañados de sus mujeres, en el hotel Playa Corona, en una zona turística conocida como Punta Chame.
Allí realizaron vida turística y recibieron visitas de familiares y amigos. Estos contactos fueron controlados, en su mayoría, por los agentes de la policía española. La única instrucción que dieron las autoridades panameñas a los dirigentes etarras era que no realizaran declaraciones, lo que éstos cumplieron.
Los seis terroristas hablaban frecuentemente por teléfono con sus familias y amigos, residentes tanto en el norte de España como en el sur de Francia. Esas llamadas telefónicas supusieron un alto importe, y aún no ha quedado concretado aún quién debe pagarlo. Presumiblemente, todas las conversaciones fueron intervenidas por los miembros de la policía española, aunque este extremo no ha podido ser confirmado oficialmente.