El príncipe de Gales critica duramente la ampliación de la National Gallery de Londres

La prevista ampliación de la National Gallery, uno de los museos más famosos y céntricos de Londres, ha sido objeto de una crítica inesperada. El príncipe de Gales, heredero de la corona, rompió todas las reglas del protocolo, que aconseja a los miembros de la familia real no inmiscuirse en temas polémicos, para condenar duramente el proyecto de levantar en Trafalgar Square un edificio moderno que albergará las nuevas salas del museo nacional.

La ampliación de la National Gallery, que es uno de los principales museos del reino Unido y Europa, ha desatado la capacidad crítica del hereder...

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La prevista ampliación de la National Gallery, uno de los museos más famosos y céntricos de Londres, ha sido objeto de una crítica inesperada. El príncipe de Gales, heredero de la corona, rompió todas las reglas del protocolo, que aconseja a los miembros de la familia real no inmiscuirse en temas polémicos, para condenar duramente el proyecto de levantar en Trafalgar Square un edificio moderno que albergará las nuevas salas del museo nacional.

La ampliación de la National Gallery, que es uno de los principales museos del reino Unido y Europa, ha desatado la capacidad crítica del heredero de la Corona británica, lo que ha sorprendido a los muchos que en el Reino Unido velan por la rigurosa observación del protocolo, a que tan proclive es la sensibilidad británica."En lugar de planear una extensión de la National Gallery de acuerdo con el actual edificio, prolongando su elegante fachada, parece que se va a construir una especie de gran estación de bomberos", denunció el príncipe Carlos en la cena conmemorativa del 150º aniversario del Real Instituto de Arquitectos Británicos.

El príncipe de Gales advirtió desde el primer momento que no iba a pedir disculpas después por sus críticas, y reconoció que tal vez era el invitado más inoportuno para una cena de esas características.

El proyecto elegido

La ampliación de la National Gallery fue decidida hace dos años. En los últimos 12 meses se abrió un concurso público, decidido en última instancia por un jurado integrado por relevantes personalidades de la vida artística británica, entre ellos el propio director del museo, sir Michael Levey, y el famoso sir Hugh Casson.El proyecto elegido nació con polémica, pues nada más ser dado a conocer públicamente fue calificado por algunos críticos como "un relevante trabajo de la arquitectura moderna", mientras que otros consideran que se trata de un ejemplo magnífico de "barbarie".

El príncipe heredero Carlos parece, por su parte, no tener ningún tipo de dudas al respecto: "Lo que se proponen hacer es una especie de forúnculo monstruoso en la cara de un amigo muy querido y elegante".

El heredero de la corona británica no se limitó a criticar la ampliación del museo, sino que dirigió también sus dardos contra la profesión de arquitectos en general. Afirmó que los estudiantes de arquitectura no aprenden cómo rehabilitar edificios antiguos, sino únicamente aprenden a construir espantosos edificios de cristal.

"No es extraño" -continuó el Príncipe de Gales- "que muchos de nosotros empecemos a creer que los arquitectos diseñan sus trabajos únicamente para recibir la aprobación de sus propios compañeros, sin tener en cuenta lo que piensan los ocupantes o los vecinos de la ciudad". El príncipe Carlos recordó, incluso, una cita del poeta alemán Goethe que dice: "No hay nada peor que la imaginación sin gusto".

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